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El reciente descubrimiento científico en los océanos de la Tierra ha revelado un fenómeno intrigante y alarmante: los "recipientes oscuros". Este hallazgo desafía nuestras nociones previas sobre el control y la sostenibilidad en los espacios marítimos, planteando interrogantes sobre la dinámica de estos ecosistemas.

El legado de Stephen Hawking revolucionó nuestra comprensión del universo, pero ahora, con estas misteriosas áreas de actividad encubierta en los mares, se nos invita a reconsiderar lo que creíamos saber sobre la interacción entre la humanidad y el entorno marino.

La ciencia revela el enigma más profundo de los océanos

Gracias a avances tecnológicos, como el uso de imágenes satelitales, datos GPS y la inteligencia artificial (IA), los investigadores han logrado mapear la actividad marítima con un nivel de detalle sin precedentes. Los resultados son alarmantes: entre el 72% y el 76% de los buques de pesca industrial no son rastreados, lo que compromete la transparencia y la sostenibilidad ambiental.

Cubriendo más del 70% de la superficie terrestre, los océanos han sido el eje del comercio global, una fuente clave de alimentos y energía y un espacio de riqueza biológica. Sin embargo, gran parte de lo que sucede en sus aguas permanece oculto.

Las embarcaciones oscuras, aquellas que apagan sus transpondedores para evitar ser detectadas, están asociadas con actividades ilícitas como la pesca ilegal, el contrabando y la trata de personas. Las cifras son preocupantes: hasta el 30% de los buques de transporte y energía también operan fuera de los sistemas de vigilancia.

kiattisakch

Estas "zonas oscuras" se localizan principalmente en el sudeste asiático, el sur de Asia y las costas de África, regiones críticas por su biodiversidad y vulnerabilidad ambiental.

El descubrimiento de los "agujeros negros" marinos por parte de los científicos

El análisis de más de 67 millones de imágenes satelitales y 53 mil millones de posiciones de GPS reveló una actividad marítima considerablemente mayor de lo que los sistemas públicos habían reportado, subrayando la magnitud de las operaciones no reguladas.

Philip Thurston

Más de mil millones de personas dependen del océano como fuente de alimento y 260 millones trabajan en la pesca. La ausencia de un monitoreo efectivo pone en riesgo la sostenibilidad de estos recursos y agrava problemas sociales como el trabajo forzoso y la degradación ambiental.

Para desentrañar estas actividades ocultas, los científicos utilizaron modelos de aprendizaje profundo y la constelación de satélites Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea. Con una precisión del 97%, estas herramientas facilitaron la clasificación y el rastreo de buques de pesca, transporte y plataformas energéticas.

Por otro lado, el estudio indicó que la infraestructura energética marina está en proceso de transformación. En 2021, las turbinas eólicas marinas superaron en número a las plataformas petroleras. No obstante, el tráfico relacionado con el petróleo continúa predominando, con cinco veces más actividad que los parques eólicos.