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Según el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles constituyen la causa predominante de fallecimiento y limitaciones físicas a nivel global. No obstante, afirman que gran cantidad de ellas pueden evitarse mediante la disminución de los elementos de riesgo habituales.

Por ese motivo, conoce qué es la osteocondritis disecante, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es la osteocondritis disecante?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, osteocondritis disecante es una afección ortopédica que afecta a las articulaciones, principalmente en niños y adolescentes. Se caracteriza por la pérdida de suministro sanguíneo a una porción del cartílago y el hueso subyacente, lo que puede llevar a la formación de un fragmento óseo suelto. Los síntomas incluyen dolor, hinchazón y limitación en el movimiento de la articulación afectada. El tratamiento puede variar desde reposo y fisioterapia hasta cirugía, dependiendo de la gravedad de la condición y la edad del paciente.

¿Cuáles son los síntomas de la osteocondritis disecante?

Los síntomas de Osteocondritis disecante incluyen:

  • Dolor. Este es el síntoma más frecuente y puede ser desencadenado por actividad física.
  • Inflamación y dolor a la palpación. La piel alrededor de la articulación podría estar hinchada y sensible.
  • Chasquido o bloqueo articular. La articulación podría hacer chasquidos o trabarse si un fragmento suelto queda atrapado.
  • Debilidad articular. Sensación de que la articulación se está "aflojando" o debilitando.
  • Disminución de la amplitud de movimiento. Pérdida de la capacidad de enderezar completamente el miembro afectado.

¿Cómo saber si una persona tiene osteocondritis disecante?

El diagnóstico de Osteocondritis disecante comienza con una exploración física en la que el médico presiona la articulación afectada para identificar áreas de hinchazón o sensibilidad. Durante esta evaluación, también se puede palpar un fragmento suelto en el interior de la articulación y se revisan otras estructuras como los ligamentos. Además, se solicita al paciente que mueva la articulación en diferentes direcciones para evaluar su amplitud de movimiento.

Para confirmar el diagnóstico, el médico puede solicitar estudios de diagnóstico por imágenes. Las radiografías pueden revelar anomalías en los huesos, mientras que la resonancia magnética proporciona imágenes detalladas de los tejidos duros y blandos. Si los rayos X son normales pero persisten los síntomas, se puede realizar una tomografía computarizada para observar los huesos y localizar fragmentos sueltos dentro de la articulación.

¿Cómo tratar la osteocondritis disecante?

Para tratar la osteocondritis disecante, es fundamental restaurar el funcionamiento normal de la articulación afectada y aliviar el dolor. En niños, el descanso y la protección de la articulación pueden permitir que el defecto óseo sane naturalmente, dado que sus huesos aún están en crecimiento. Es importante seguir las recomendaciones médicas para asegurar una recuperación adecuada.

Los tratamientos conservadores son generalmente la primera opción y pueden incluir el descanso de la articulación afectada, evitando actividades que generen tensión. En algunos casos, se pueden utilizar muletas o dispositivos de inmovilización para limitar el movimiento y facilitar la recuperación. La fisioterapia también es clave, ya que ayuda a mejorar la amplitud de movimiento y fortalecer los músculos que soportan la articulación.

Si los tratamientos tradicionales no son efectivos después de un período de cuatro a seis meses, o si hay un fragmento suelto en la articulación, puede ser necesaria una cirugía. El tipo de intervención quirúrgica dependerá de la gravedad de la lesión y del desarrollo de los huesos y debe ser evaluado por un especialista para determinar la mejor opción de tratamiento.