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La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica en su portal web que las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Sin embargo, aseguran que muchas se pueden prevenir mediante la reducción de los factores de riesgo comunes.

Por ese motivo, conoce qué es la gangrena, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es la gangrena?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, la gangrena es una condición médica grave que se produce cuando un tejido del cuerpo muere debido a la falta de flujo sanguíneo, infección o trauma. Existen diferentes tipos de gangrena, siendo las más comunes la gangrena seca, húmeda y gaseosa, cada una con características y causas específicas.

El tratamiento de la gangrena puede incluir la administración de antibióticos, cirugía para eliminar el tejido muerto y, en casos severos, amputación. La detección temprana es crucial para prevenir complicaciones y mejorar el pronóstico del paciente.

¿Cuáles son los síntomas de la gangrena?

Los síntomas de gangrena que se mencionan son:

  • Cambios en el color de la piel (de gris pálida a azul, violeta, negra, bronce o roja)
  • Hinchazón
  • Ampollas
  • Dolor intenso y repentino seguido de entumecimiento
  • Secreción de olor desagradable de una llaga
  • Piel fina y brillante, o piel sin vello
  • Frío en la piel o piel fría al tacto

Si la gangrena afecta los tejidos que están debajo de la superficie de la piel, es posible que tengas fiebre baja y malestar general.

Si los gérmenes que causaron la gangrena se propagan a otras partes del cuerpo, es posible que presentes choque séptico. Los signos y síntomas del choque séptico incluyen:

  • Presión arterial baja.
  • Fiebre, aunque en algunas personas la temperatura corporal también puede ser menor a 98,6 grados Fahrenheit (37 grados Celsius).
  • Frecuencia cardíaca acelerada
  • Aturdimiento
  • Falta de aire
  • Confusión

¿Cómo saber si una persona tiene gangrena?

El diagnóstico de gangrena se basa en una serie de pruebas que ayudan a identificar la presencia de infección. Un análisis de sangre puede revelar un recuento alto de glóbulos blancos, lo que indica una infección, mientras que otros análisis pueden buscar bacterias específicas. Además, se pueden realizar cultivos de líquido o tejidos para detectar la presencia de gérmenes y examinar signos de muerte celular.

Las pruebas por imágenes, como radiografías y tomografías computarizadas, permiten visualizar la propagación de la gangrena en el cuerpo. En algunos casos, se puede recurrir a la cirugía para obtener una evaluación más directa del tejido afectado y determinar el grado de infección.

¿Cómo tratar la gangrena?

La gangrena es una afección grave que requiere atención médica inmediata. Aunque el tejido dañado no se puede recuperar, iniciar el tratamiento lo antes posible puede prevenir que la situación empeore. Esto incluye el uso de medicamentos, cirugía y oxigenoterapia hiperbárica, dependiendo de la gravedad de la infección.

Los medicamentos, como los antibióticos, son fundamentales para combatir la infección bacteriana. Estos pueden administrarse por vía intravenosa o oral y también se pueden recetar analgésicos para aliviar el dolor. En casos más severos, puede ser necesaria la cirugía para eliminar el tejido infectado o reparar vasos sanguíneos dañados.

La oxigenoterapia hiperbárica es otra opción de tratamiento que se realiza en una cámara presurizada. Este procedimiento ayuda a oxigenar la sangre, lo que a su vez reduce el crecimiento de bacterias y facilita la cicatrización de las heridas. Generalmente, se requieren varias sesiones para lograr una recuperación efectiva.