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Aunque hay muchas patologías que no tienen cura y son no trasmisibles, existen varias enfermedades que pueden evitarse si te toman las cautelas requeridas y se saben los factores de riesgo.

Por eso, conoce todo lo que tienes que saber sobre degeneración macular seca y cuáles son los más efectivos tratamientos para aliviar los síntomas.

¿Qué es la degeneración macular seca?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, la degeneración macular seca es una enfermedad ocular que afecta la parte central de la retina, conocida como mácula y puede llevar a la pérdida de la visión central. Según la información compartida por Mayo Clinic, esta condición es la forma más común de degeneración macular relacionada con la edad.

Los síntomas pueden incluir la dificultad para leer, reconocer caras y realizar tareas cotidianas. Aunque no existe una cura definitiva, hay tratamientos y estrategias que pueden ayudar a manejar la progresión de la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de la degeneración macular seca?

Los síntomas de la degeneración macular seca, por lo general, se desarrollan progresivamente y sin dolor. Es posible que incluyan lo siguiente:

  • Distorsiones visuales, como líneas rectas que parecen dobladas.
  • Reducción de la visión central en uno o ambos ojos.
  • Necesidad de luz más brillante para leer o hacer tareas que requieren visión de cerca.
  • Mayor dificultad para adaptarse a los niveles bajos de luz, como al entrar a un restaurante o teatro poco iluminado.
  • Mayor visión borrosa de las palabras impresas.
  • Dificultad para reconocer rostros.
  • Un punto borroso o un punto ciego bien definido en el campo de visión.

La degeneración macular seca puede afectar un ojo o ambos. Si solo se ve afectado un ojo, tal vez no notes ningún cambio en la visión. Esto sucede porque el ojo sano puede compensar la debilidad del otro. Además, como esta afección no afecta la visión lateral, tampoco causa ceguera total.

La degeneración macular seca es uno de los dos tipos de degeneración macular relacionada con la edad. Puede progresar a degeneración macular húmeda, que ocurre cuando crecen vasos sanguíneos debajo de la retina y dejan escapar líquido. La degeneración seca es más frecuente, pero suele progresar lentamente con los años. Es más probable que la de tipo húmedo cause un cambio relativamente repentino en la visión, lo cual lleva a una pérdida grave de la vista.

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta al oftalmólogo en los siguientes casos:

  • Notas cambios, como distorsión o puntos ciegos, en tu visión central.
  • Pierdes la capacidad para ver detalles precisos.

Estos cambios pueden ser el primer signo de degeneración macular, especialmente si tienes más de 60 años.

¿Cómo saber si una persona tiene degeneración macular seca?

El diagnóstico de la degeneración macular seca comienza con una revisión de los antecedentes médicos y familiares del paciente, seguida de un examen de la vista completo realizado por un oftalmólogo. Durante este examen, se pueden utilizar gotas para dilatar las pupilas y examinar la parte posterior del ojo, buscando depósitos amarillos llamados drusas, que son característicos de esta afección.

Además, se pueden realizar pruebas adicionales como la rejilla de Amsler para detectar cambios en el centro de la visión y diversas angiografías para observar los vasos sanguíneos del ojo. La tomografía de coherencia óptica también puede ser utilizada para obtener imágenes detalladas de la retina, identificando cualquier anomalía que pueda indicar la presencia de degeneración macular.

¿Cómo tratar la degeneración macular seca?

La degeneración macular seca no se puede revertir, pero se pueden tomar medidas para ralentizar su progreso. Es fundamental un diagnóstico temprano, ya que esto permite implementar cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable, la ingesta de suplementos vitamínicos y evitar el tabaco. Estos hábitos pueden ayudar a mantener la salud ocular y prevenir un deterioro mayor.

Los suplementos vitamínicos son especialmente importantes para quienes se encuentran en etapas intermedias o avanzadas de la enfermedad. Según el Estudio AREDS2, una formulación que incluye vitamina C, vitamina E, luteína, zeaxantina, zinc y cobre puede reducir el riesgo de pérdida de visión. Sin embargo, es recomendable consultar a un oftalmólogo antes de comenzar cualquier suplementación.

Además, la rehabilitación de baja visión puede ser beneficiosa para adaptarse a los cambios en la visión central. Consultar a especialistas en rehabilitación visual puede proporcionar estrategias útiles para realizar actividades cotidianas. En casos avanzados, la cirugía para implantar una lente telescópica puede ser una opción para mejorar la visión, aunque con un campo de visión limitado.