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Un equipo internacional de científicos acaba de arrojar nueva luz sobre el pasado humano al identificar el origen de una mutación genética queprotege contra el VIH. El hallazgo, publicado en la revista Cell, vincula por primera vez esta rara variación con pueblos que habitaron la región del Mar Negro hace miles de años.

La investigación, liderada por expertos de la Universidad de Copenhague, utilizó inteligencia artificial y análisis de ADN antiguo para rastrear cómo esta mutación fue clave. Los resultados desafían teorías previas y prometen cambiar lo que se sabía sobre la resistencia humana a virus mortales.

Aunque el VIH es una enfermedad moderna, la variante genética que "cierra la puerta" al virus existe desde hace unos 9.000 años. El estudio ahora revela cómo surgió y se expandió silenciosamente en Europa, marcando un antes y un después en la historia evolutiva.

¿Qué descubrieron sobre este gen resistente al VIH?

Los investigadores identificaron el origen de la mutación CCR5 delta 32, una variante que impide la entrada del VIH en las células. Analizando más de 3.000 genomas de humanos antiguos y modernos, confirmaron que la mutación apareció entre 6.700 y 9.000 años atrás, cerca del Mar Negro.

La expansión de este gen coincidió con el paso de sociedades nómadas a comunidades agrícolas, un cambio que expuso a los humanos a nuevos patógenos y favoreció la supervivencia de quienes portaban la mutación. Actualmente, hasta un 25% de los daneses y entre un 10 y un 16% de los europeos llevan esta variante, todos descendientes de ese primer individuo.

¿Por qué este hallazgo es tan relevante para la ciencia?

Este descubrimiento desafía la creencia de que la mutación se propagó solo por pandemias medievales como la peste negra. Ahora se sabe que la resistencia al VIH viene de mucho antes y fue seleccionada evolutivamente en respuesta a otros desafíos de salud.

Además, la mutación CCR5 delta 32 no solo protege contra el VIH, sino que ha sido utilizada en tratamientos médicos experimentales para "bloquear" el ingreso del virus. La investigación demuestra cómo la genética ancestral puede revelar estrategias naturales de defensa que siguen vigentes hoy.