

El próximo mes arranca la temporada veraniega y un prometido tren faltará a su cita. Lejos quedó la rehabilitación del ramal Buenos Aires - Mar del Plata que con bombos y platillos anunciara el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Se hablaba de nuevas formaciones con capacidad para 544 pasajeros, con la última tecnología en seguridad y confort. Incluso se detalló su composición con12 coches: 5 de primera, 4 pullman, comedor, furgón y generador de energía.
El primer problema que enfrentó la obra fueron los nuevos durmientes que no resistieron el paso de los trenes. Por defectos de fabricación, se quebraron más de 7.000 unidades en un tramo de 20 kilómetros. Los durmientes habían sido fabricadas en Mar del Plata y tras ser instalados en varios tramos del ramal que une Constitución con la costa atlántica quedaron literalmente quebrados al medio al poco tiempo de que comenzarán a circular las formaciones ferroviarias de pasajeros.
Según los datos que manejan fuentes del sector, el stock defectuoso bajo observación en distintos trayectos del ferrocarril bonaerense llegó a casi 50.000 durmientes. Este contratiempo, dejó al descubierto a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), empresa estatal que preside Ariel Franetovich, quien adjudicó la compra de durmientes. Los ingenieros de las constructoras Techint, Panedile, Helport y Chediack fueron contundentes: los durmientes se partieron porque estaban mal confeccionados y no tendrían la composición exacta de los materiales exigidos por las normas internacionales.
Mal estado
A esto se suma el mal estado de al menos un puente que complica el servicio, situación que genera enorme inquietud entre los empresarios marplatenses. Las inundaciones que se produjeron en agosto dañaron un puente ferroviario sobre el río Salado, entre las localidades de Lezama y Castelli y desde entonces está allí interrumpida la circulación de formaciones.
Desde septiembre, Ferrobaires ofrece para unir la Capital Federal con Mar del Plata un servicio que combina un tramo de ferrocarril con otro en ómnibus, pero esta alternativa está disponible solamente tres veces por la semana. Si bien desde el gobierno bonaerense se afirma que la situación se mantendría al menos hasta diciembre, desde las cámaras empresarias marplatenses se preparan para enfrentar una temporada sin un normal servicio de trenes.
Desde la Asociación de Hotelera Gastronómica de Mar del Plata señalaron que "sería una muy mala noticia" que los trenes no funcionaran normalmente durante la temporada de verano. Según informa Infozona, un sitio periodístico del área de Lezama, los lunes, miércoles y viernes, llegan a esa localidad, a alrededor de las 19, micros contratados por Ferrobaires trayendo pasajeros desde Mar del Plata que en Lezama esperan para seguir viaje hacia Buenos Aires en tren. El tren arriba a Lezama desde Plaza Constitución con viajeros que partieron a su vez desde la Capital Federal hacia Mar del Plata. Y en Lezama se produce el cruce: quienes llegaron en tren desde Buenos Aires siguen en micro hacia Mar del Plata; y quienes vinieron desde la Ciudad Feliz en ómnibus siguen hacia Buenos Aires en tren.
Desde el mes de junio estaba en marcha la construcción de un nuevo puente sobre el río salado que remplazaría al actual. Pero las inundaciones de agosto afectaron las obras y ahora, aunque el agua se retiró, el piso se mantiene blando e inestable para la operación de la maquinaria pesada que requiere este tipo de emprendimientos.
Mientras tanto, el viejo puente está en mal estado desde las inundaciones y debería ser habilitado por la Dirección de Hidráulica provincial, previa inspección, antes de que los trenes puedan volver a usarlo. Esta inspección se demora; y además no es seguro que el puente esté en condiciones de volver al servicio.
Esta realidad dista mucho del veloz tren con confort y seguridad que prometía Randazzo.













