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Las verduras congeladaspueden ser tan saludables como las frescas, según la nutricionista que se especializa en alimentación equilibrada Rhiannon Lambert.

Aunque suelen quedar en segundo plano frente a las versiones frescas, estos alimentos congelados confirman que son una opción práctica y accesible para llevar una dieta balanceada para quienes no tienen mucho tiempo.

¿Por qué las verduras congeladas son tan saludables como las frescas?

Que una verdura esté congelada no implica que pierda sus nutrientes. De hecho, Rhiannon Lambert, autora de The Science of Nutrition, aclara que la idea de que los alimentos congelados son menos nutritivos es errónea: las verduras congeladas y frescas tienen diferencias mínimas en su composición.

Estos vegetales conservan sus tres macronutrientes esenciales -carbohidratos, proteínas y grasas-, además de vitaminas como la A y C, y minerales como el hierro, el zinc y el magnesio.

El proceso de ultracongelación es clave, ya que se realiza de inmediato tras la cosecha, lo que preserva la calidad nutricional al máximo. A veces, las verduras congeladas resultan incluso más frescas, ya que no pasan por largos traslados o almacenamientos, como ocurre con las verduras frescas.

Lambert explica que este método permite extender la vida útil de los vegetales sin comprometer su valor nutritivo, lo que los convierte en una alternativa práctica y saludable para la dieta diaria.

Ventajas de incluir verduras congeladas en tu dieta

Incorporar verduras congeladas en la alimentación diaria ofrece múltiples beneficios que van más allá de su valor nutricional. Su practicidad y larga duración las convierten en una opción ideal para quienes buscan mantener una dieta equilibrada sin complicaciones:

  • Conservación de nutrientes: al ser ultracongeladas inmediatamente después de la cosecha, mantienen sus propiedades nutricionales.
  • Ahorro de tiempo: son fáciles de preparar y no requieren un manejo tan cuidadoso como las frescas, lo que facilita su uso en diversas recetas.
  • Variedad disponible: ofrecen una amplia gama de opciones durante todo el año, sin depender de la temporada.
  • Reducción del desperdicio: al tener una vida útil más larga, se minimiza el riesgo de que se echen a perder.
  • Costo: suelen ser más económicas que las frescas, especialmente cuando no están en temporada.

Incluir verduras congeladas en la dieta es una decisión saludable, práctica y conveniente, adaptándose a las necesidades y estilos de vida.