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Incorporar frutos secos en la alimentación diaria puede ser clave para mantener el corazón saludable. La cardióloga Magdalena Perelló destacó los beneficios que aportan estos superalimentos gracias a sus numerosos nutrientes esenciales.

La experta reveló que, consumidos en las porciones adecuadas, losfrutos secos aportan grasas saludables, fibra y proteínas que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

¿Por qué conviene consumir frutos secos?

La doctora Perelló, a través de su cuenta de TikTok, explicó los numerosos beneficios que los frutos secos aportan a nuestra salud cardiovascular. Siempre que su consumo sea moderado y responsable, los frutos secos son, según la especialista, una herramienta efectiva para cuidar la salud en general.

A pesar de ser calóricos, estos alimentos destacan por su contenido de grasas saludables, esenciales para mejorar el perfil lipídico.

Perelló señala que reduciendo los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, se logra una mejora crucial para la prevención de enfermedades del corazón.

Además, los frutos secos son fuente de nutrientes ricos en fibra, lo que ayuda a regular el tránsito intestinal y a mantenernos saciados por más tiempo, favoreciendo el control del peso corporal. Su aporte de proteínas también es significativo, siendo una excelente opción para complementar la dieta diaria.

Perelló subraya que los ácidos grasos omega-3 y omega-6 presentes en estos alimentos protegen el corazón y tienen efectos antiinflamatorios y ayudan a retrasar el envejecimiento de las células cerebrales.

Asimismo, el aminoácido L-Arginina, contenido en los frutos secos, promueve la salud de las arterias al mejorar el flujo sanguíneo.

¿Cómo consumir frutos secos de forma saludable?

Si bien los frutos secos son altamente beneficiosos para la salud, su consumo en exceso puede provocar un aumento de peso. Los mejores consejos para un consumo saludable son:

  • No consumir más de 20-30 gramos de frutos secos al día.
  • Elegir siempre frutos secos crudos y sin tostar.
  • Evitar las versiones con azúcar o sal añadida.
  • Distribuir su ingesta en 4-6 porciones semanales.
  • Incluirlos en una dieta balanceada y acompañados de otros alimentos saludables.