

Ante los problemas de los cortes de luz en las zonas licenciadas a Edenor y Edesur, el Estado Nacional salió a plantear la alternativa de estatizar el servicio. ¿Esa sería la solución?
Podríamos hacer historia sobre qué pasó cuando SEGBA tenía a su cargo la provisión del servicio, pero es más útil analizar que pasa HOY en nuestro país con empresas de distribución eléctrica que están en manos del Estado.
Tomemos por caso lo que ocurre con la EPEC cordobesa, con la EPE santafesina, o con la ENERSA entrerriana. Las tres son empresas estatales. Esas provincias tienen gobernadores de signo político bien distinto. Esas empresas cobran tarifas que son de 2 a 5 veces más altas que las de Edenor o Edesur. Todas ellas tuvieron serios problemas de cortes en la presente ola de calor.
El denominador común de todas las empresas mencionadas no es el dueño de los activos, tampoco las tarifas porque algunas son altísimas. El denominador común es la falta de fondos para invertir. Las empresas manejadas por Estados Provinciales que apenas pueden cubrir salarios, no tienen fondos para destinar a inversión. La eficiencia con la cual se administran empresas estatales con tarifas muy altas deja mucho que desear.
El Estado Nacional tiene razón cuando dice que las responsables de hacer las inversiones son Edenor y Edesur. Eso dicen los contratos de concesión. Pero también los contratos de concesión dicen que el Estado Nacional es el responsable de fijar tarifas que les permitan a los operadores, si son eficientes, tener recursos para operar e invertir. El propio Estado Nacional reconoció que las empresas no tenían fondos para pagarle la energía al mercado mayorista. Si el propio Estado reconoció que no tenían fondos para comprar la energía, ¿Cómo suponía que podían hacer inversiones?
Existe un cargo específico en las facturas de Edenor y Edesur para obras, cuyos planes de ejecución decidía y controlaba el Estado Nacional. ¿Qué ordenó hacer el Estado con esos fondos? Si el Estado no sabe, no quiere o no puede regular el servicio, ¿cómo haría para operarlo? En 10 años el Estado no quiso fijar un nuevo marco regulatorio para los servicios públicos. El problema no es sólo tarifario, el problema es que sin reglas no se pueden esperar aportes de inversores privados. La peor regla es justamente la falta de reglas. Si hoy el Estado aumentara las tarifas pero no dijera nada sobre como seguiría la película, las empresas tampoco podrían financiarse. En un año la inflación licuaría el aumento y otra vez estaríamos en el mismo problema.
Algunas voces del gobierno sostienen que independientemente de los ingresos que tengan las empresas o de la expectativa de ingresos, las inversiones deben hacerse igual. El actual Jefe de Gabinete, en ejercicio de la gobernación de Chaco, llamó a una Audiencia Pública a fines de 2013 proponiendo un incremento de tarifas en la empresa provincial de energía justamente para financiar el plan de inversiones de la empresa. ¿En qué quedamos?
Si la estatización fuera la solución, simplemente cambiando el dueño de Edenor y Edesur se solucionarían los problemas ¿De dónde saldrían los fondos para invertir de las nuevas empresas estatales? De las facturas de los usuarios o del Tesoro Nacional (que financiamos los contribuyentes con impuestos). Si la estatización fuera la solución, con las tarifas actuales y sin aportes extras del Estado las cosas funcionarían mejor. Ya lo vimos con YPF, la empresa mejoró sus resultados incrementando los combustibles 4 veces mas que la inflación oficial. ¿Para qué el Estado aumenta los combustibles de YPF, si el flujo de fondos de una empresa no condiciona su capacidad para invertir?
Cambiar todo, simplemente para que nada cambie es una medida muchas veces utilizada por gobiernos desesperados y sin rumbo para intentar cubrir sus errores. Quienes toman decisiones económicas tienen siempre múltiples alternativas, menos una: enfrentar las consecuencias de sus propios actos.











