La apertura de regulaciones, la necesidad de importar insumos para poder exportar y las medidas del Gobierno para agilizar trámites delinean un escenario distinto para las compañías que buscan competir en el mercado internacional. "Se están sentando las bases de una economía más predecible y con posibilidades de expansión sostenida", señala Alejandro Jasiukiewicz, CEO de DHL Express en la Argentina.

Jasiukiewicz remarca que el comercio exterior todavía requiere normativas más simples y lógicas. Según advierte, persisten regulaciones viejas que generan costos altos -"difíciles de medir"- y, aunque reconoce avances con las desregulaciones recientes, considera que aún queda camino por recorrer.

DHL es una empresa global que nació en 1969 en Estados Unidos y opera en la Argentina desde 1979. Este año la compañía invirtió u$s 1 millón para fortalecer su red logística y en lo que va de 2025 abrió ocho locales en Mendoza, Córdoba, Neuquén y Bahía Blanca, y sumó presencia en el AMBA con nuevas sucursales en Barrio Norte, Villa del Parque, Flores y Lomas de Zamora. Para fin de año prevé inaugurar otra sede en San Juan.

-¿Qué lugar ocupa la Argentina dentro de su estrategia global?

-Latinoamérica es muy importante dentro del mundo, como región de países emergentes. Hoy operamos en más de 220 mercados y la Argentina siempre fue muy importante dentro de la región. Ahora nos estamos conectando más y, a pesar de haber atravesado distintos contextos políticos y económicos, desde que llegamos invertimos todos los años en el país. No recuerdo un solo año en que no hayamos crecido.

-¿Cómo ve hacer negocios en el contexto actual?

-Cada vez es más favorable porque nuestro norte siempre fue conectarnos al mundo de la manera más eficiente posible. Para exportar de forma competitiva también necesitamos poder importar en las mismas condiciones. En este contexto, todos los organismos públicos como el sector privado estamos alineados con un mismo propósito, que el comercio exterior sea lo más sencillo posible para cualquier persona o empresa.

Desde la cámara -CAPSIA-, tenemos una hoja de ruta de hace muchos años. La buena noticia es que muchos de los temas que estaban en agenda hoy se están pudiendo llevar a la práctica. Todavía hay mucho por recorrer, pero el contexto es positivo y con buenas perspectivas. Si seguimos por este camino, exportar e importar desde la Argentina será más económico y competitivo, y a la vez permitirá aumentar el valor agregado de las empresas locales.

-¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan para exportar?

-A diferencia de las grandes compañías, que suelen tener un área propia de comercio exterior, ellas no cuentan con esa estructura. En esos casos nos convertimos, de alguna manera, en su departamento especializado.

En la Argentina, el hecho de compartir experiencias con otros actores les permite achicar la curva de aprendizaje y enfocarse en lo que saben hacer, producir de la manera más eficiente posible y luego salir a vender al mundo. La tecnología también marcó una diferencia. Antes era necesario viajar, invertir y participar en exposiciones.

Hoy cualquier pyme puede mostrar su producto en un marketplace. Una vez que concreta la venta, intervenimos para garantizar que el envío, a través de procesos digitales, sea rápido, seguro y dentro de los plazos.

-¿Dónde se concentran principalmente las exportaciones argentinas?

-Los principales destinos de exportación de la Argentina son los Estados Unidos, Europa y América latina.

Con la modalidad de courier, que permite cargas de hasta tres toneladas e importaciones medianas de 300 o 1000 kilos, empezamos a ver nuevos mercados. Surgieron países como Australia o Israel, que antes no figuraban entre los habituales. Los marketplaces y las páginas web hacen que ciertos productos argentinos lleguen a lugares poco comunes hasta hace unos años. También existe un nicho vinculado a lo que llamamos productos nostálgicos, muy asociado a los argentinos que emigraron en distintas crisis y buscan acceder a lo que no encuentran en sus países de residencia.

-¿Qué mercados representan una oportunidad?

-Claramente China es la oportunidad más grande, por su población y el incremento del poder adquisitivo. Antes era un país principalmente exportador, pero ahora cada vez importan más. como oportunidad está, no solo China sino Asia en general. La escala es un tema, si un producto tiene éxito en ese mercado, la demanda puede ser tan grande que no siempre se puede cumplir. Por eso hace falta una estrategia conjunta, pública y privada, con inversión y planificación. Claramente tenemos todo el potencial y Asia representa, sin dudas, una gran oportunidad de expansión para nuestras exportaciones.

-¿Qué impacto tuvo el vuelo directo Miami-Buenos Aires que lanzaron en 2023?

-Siempre estuvimos conectados con el mundo, pero usábamos principalmente vuelos comerciales. El avión propio nos da dos ventajas clave: tiempo de tránsito mucho más corto y flexibilidad para transportar mercadería especial, como productos con cadena de frío o con requisitos específicos.

Lo bueno de este contexto es que, si logramos estabilizar la macroeconomía y nuestras pymes pueden importar de manera más económica e invertir para ser más eficientes, estaremos en un nuevo piso de exportaciones desde el cual seguir creciendo. Se están sentando las bases de una economía más predecible y con posibilidades de expansión sostenida. Tenemos que ver cuáles son los sectores con mayor potencial y capacidad de competir a largo plazo.

En el último tiempo, crecieron las economías regionales en el interior del país y notamos que ese sector no recibió las inversiones que sí tuvieron los puertos y aeropuertos de Buenos Aires. Por eso estamos conectando todo el territorio, aprovechando la riqueza de cada región y sumando la capacidad y mano de obra local. Es en estos lugares donde debemos focalizar nuestros esfuerzos para seguir expandiendo las exportaciones.

-¿Dónde se ve con más fuerza la operación de DHL en la Argentina?

-Somos mucho más fuertes en importaciones, mientras que en exportaciones estamos más parejos con la competencia, aunque también lideramos. Si sumás todo lo que ingresa y sale de la Argentina por los distintos couriers, DHL es el líder. Otra ventaja es que somos el único courier que tiene depósito fiscal propio. Eso significa que cuando un envío queda retenido porque pasa al régimen formal (por peso o valor), tiene que hacer todos los trámites en Ezeiza. En nuestro caso, los clientes pueden hacerlo en nuestra planta de Mataderos, que implica menores costos y más rapidez. Incluso ya empezamos a hacer tránsitos en el interior.

-¿Cuántos nuevos puntos de venta sumaron este año?

Son ocho. Abrimos el segundo local en Mendoza, que fue el último. Ahora estamos trabajando para abrir un local en San Juan antes de fin de año. En promedio, abrimos cinco locales nuevos por año, no solo en Capital y GBA, sino también en el resto del país.

Muchos empiezan usando estos locales y después, cuando crecen, abren cuentas con nosotros y pasan a formar parte de la cartera de empresas. También se utilizan como puntos de recolección, porque a muchas compañías les resulta más cómodo retirar ahí.

Esta estrategia ya se aplicó en Sudáfrica y en varios países de África, y luego se replicó en toda Latinoamérica. En la Argentina, está dando muy buenos resultados. Con una economía más abierta al mundo, nos vino muy bien porque estamos muy bien posicionados para que cada vez más clientes se sumen.

-¿Cómo lo impactan las desregulaciones y la apertura económica de este gobierno?

-Existe una correlación directa entre economías más abiertas y las que más crecen. No digo que sea el único factor, pero las economías cerradas, con más restricciones y proteccionismo, en general son las que menos crecen o directamente no crecen.

Cualquier empresa puede producir algunas cosas localmente, pero si concentra toda la producción en un solo país no va a tener el producto más económico ni competitivo.

Un ejemplo claro es la industria automotriz. Las plantas en la Argentina, México o Brasil producen de manera similar, pero importan piezas desde donde resulta más eficiente. El problema en el país no es tanto el costo de producción, sino la alta carga impositiva, que encarece el producto en comparación con otros países.

-¿Qué condiciones deberían darse entonces para que la Argentina logre mayor competitividad?

-Lo central es lograr un producto eficiente y competitivo con una carga impositiva razonable. Si eso se da, se puede competir en igualdad de condiciones con cualquier vecino. Desde el lado logístico, lo que necesitamos es eficiencia. Las regulaciones excesivas hacen que los procesos sean más costosos e ineficientes. No se trata de dejar de controlar, sino hacerlo de una forma más ágil y lógica, aprovechando la digitalización, que hoy permite procesos mucho más rápidos. Pero si la normativa es demasiado compleja, por más tecnología que uses, todo se vuelve lento y caro. No es un cambio que se logra de un día para el otro, pero lo importante es que ya se están dando pasos en ese sentido.

-¿Ve algún ejemplo en la región que pueda servir de referencia?

-Un buen ejemplo es Perú, donde los paquetes se despachan digitalmente desde el origen. Eso permite que, al llegar al país, en menos de dos horas puedan salir al mercado cumpliendo con todas las normativas. En la Argentina recién se empieza a trabajar cuando los paquetes llegan, lo que demora y encarece todo el proceso.

Eso tiene un impacto directo en los costos. Si la normativa es más simple, los costos bajan. Si los costos bajan, el flete de la Argentina al mundo también baja. Y si el flete baja, la empresa argentina es más competitiva.

-¿Qué aspectos considera que faltan ajustar al mirar otros mercados?

-Necesitamos normativas más simples y lógicas para el comercio exterior. Hoy tenemos regulaciones viejas que generan costos altos, difíciles de medir, pero muy altos. Hubo avances con desregulaciones recientes, pero aún falta camino.

En cuanto a inversiones, en DHL estamos a la par de la región. Más del 25% de nuestra flota es eléctrica, tenemos una planta modelo y escáneres de última generación. En cuanto a infraestructura no tenemos nada que envidiar. El desafío está en el sistema nacional. Por ejemplo, Ezeiza no estaba preparado para el incremento del volumen tras los cambios normativos que permiten a cualquier argentino comprar al exterior. Por eso ya se proyecta una nueva terminal única para couriers hacia fines de este año o principios del próximo.

Pero, aun así, no alcanza con centralizar en Ezeiza. Necesitamos diversificar los puntos de ingreso y egreso, como hacen Brasil o Colombia, donde operan varias ciudades. Yo recorro el interior y veo que los gobiernos locales también tienen la visión de invertir en infraestructura logística. El potencial es enorme y, si hacemos los deberes, tendremos muy buenas noticias en los próximos años.