El proyecto de ley que el Gobierno impulsa la tolerancia cero de alcohol al conducir
para los particulares en rutas nacionales logró ayer dictamen favorable en el Senado y generó críticas de sectores vinculados a la elaboración de bebidas alcohólicas, como la industria del vino. La iniciativa, que el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, defendió ante los legisladores, aportando estadísticas obtenidas en controles de alcoholemia, fue duramente cuestionado por bodegueros mendocinos.
Los empresarios advierten que, de convertirse en ley, provocará un fuerte impacto negativo y haría caer hasta en un 20% las ventas. Como antecedente, en el sector sostienen que en Córdoba, donde rige tolerancia cero desde junio, el consumo de botella en restaurantes y degustaciones cayó 20% en los últimos meses.
En este sentido, fuentes de este sector anticiparon que de aprobarse este cambio a la actual ley de tránsito que permite hasta 0,5 grados de alcohol en sangre, retraerá el consumo de botella abierta que se realiza en restaurantes.
La postura es contraria a los postulados esgrimidos ayer en el Senado por Randazzo, quien apuntó que el objetivo es que "el que toma alcohol, por poco que sea, no pueda manejar".
Dijo también que los siniestros viales en Argentina "ocupan el tercer lugar en motivos de ingreso por guardia en hospitales", y que "el 23% de los pacientes ingresados por esa causa se vinculan directamente con el consumo de alcohol".
El ministro explicó que el proyecto apunta "a proteger a los más jóvenes, porque está demostrado que son los que protagonizan los accidentes viales más graves".
Mientras tanto, los expertos del sector vitivinícola advirtieron en una nota publicada ayer por el diario mendocino Los Andes que la modificación "no se solucionaría el problema de los accidentes fatales por exceso de alcohol".
También manifestaron que el vino está lejos de los consumos excesivos que provocan los accidentes fatales.
Los representantes de la industria presentaron su postura durante las reuniones de plenario de comisiones del Senado donde advirtieron que los accidentes de tránsito provocados por alcohol se producen en la mayoría de los casos entre los conductores jóvenes a la salida de los locales bailables, donde el vino prácticamente no tiene intervención.
Además, proponen otras soluciones que no perjudiquen a una industria que consideran "no tiene que ver con el problema". Además, en la nota de Los Andes, recuerdan que las decisiones de política económica del Gobierno nacional han perjudicado permanentemente al sector, provocando "pérdida de competitividad, costos crecientes y caída de la producción" en los últimos años.
Actualmente, el consumo de vino en el país llega a los 25,6 litros per cápita, según datos de Coviar. En tanto desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), se explicó que en términos generales se estima que puede haber una caída del consumo interno del 10%.