Jorge Pérez es conocido en Miami, Estados Unidos, como "El rey de los condominios". Luego de vivir en la Argentina, Cuba, Colombia y también Estados Unidos, este desarrollador urbano que realizó su primer edificio de 24 unidades en "La pequeña Habana" en 1979; hoy cuenta más de 80.000 unidades y 400 proyectos en su haber. Y con más de 30 proyectos en ejecución, pasó año nuevo en Punta del Este, Uruguay, desde donde aseguró que los argentinos son los que más saben del mercado de real estate de Miami.
¿Se recuperó el mercado inmobiliario en Miami?
Siguen los precios muy baratos. Se está construyendo muy rápido y se vende con la misma rapidez. El 90% de los departamentos del edificio de la bahía, uno de mis desarrollos, ya están vendidos, y fue casi sin anuncios. En Buenos Aires y en Montevideo todos me quieren comprar un departamento.
¿Por qué Miami se presenta como una opción?
Los precios cayeron muchísimo con la crisis y eso hizo que mucha gente pudiera acceder a comprarse un departamento al mismo precio que en Cartagena de Indias, o Punta del Este. Pero la gran diferencia es que Miami es una inversión muy sólida porque no tiene cambios de moneda y, si por ejemplo, decidís poner tu dinero en un banco obtenés una renta de 1% mientras que si comprás y lo alquilás, tenés una renta de 4%.
¿Quiénes son en Latinoamérica los más interesados?
Por lejos los argentinos son los mayores compradores que tenemos. Después, siguen los brasileños, y luego los colombianos y venezolanos. Los argentinos conocen muy bien el mercado de real estate de Miami. De lo que estamos vendiendo, el 80% lo compran latinoamericanos y, de ese porcentaje, el 50% son argentinos, que son los mayores compradores que tenemos en nuestros desarrollos en Miami.
Los bancos se quedaron con muchos desarrollos luego de la crisis. ¿Se saneó el mercado?
Nosotros compramos muchísimos proyectos que estaban en manos de los bancos. Las entidades financieras que se quedaron con muchos edificios los vendían a precios muy bajos y, antes de construir, nosotros los comprábamos. Ese tiempo ya pasó. Nosotros compramos así casi u$s 1.000 millones, pero ese tiempo terminó.
¿Nunca quiso construir en la Argentina?
Sí, yo siempre quise hacer algo en la Argentina; hasta compré terrenos para poder llevar adelante desarrollos inmobiliarios en este país. Pero la verdad es que, en mi opinión, es un mercado que está muy inestable. Además, tenemos compañías en Brasil, Uruguay, Cartagena, estamos construyendo en la India y en todas nos está yendo muy bien.
¿Sigue teniendo los terrenos en Argentina?
Los vendí. Con la crisis en los Estados Unidos, decidí concentrarme en recrear el mercado americano y en ese momento me desprendí de lo que tenía en la Argentina.
¿Y no cree que ahora es un buen momento?
En la Argentina hay mucha inseguridad, nadie quiere hablar de eso pero en privado la gente comenta que se siente insegura e inestable, que no se sabe lo que va a pasar.
Argentina tiene un problema habitacional. ¿Cuál es el modelo para desarrollar casas sociales?
Nosotros hacemos departamentos de lujo y casas sociales. Para poder construir viviendas accesibles para la clase media baja, y para la gente que no tiene grandes recursos se necesita una sociedad con el Gobierno por la que sea el que subsidia. En Estados Unidos se hacen casas en las que, por ejemplo, el gobierno le da a la persona una hipoteca por el 90% de la compra al 1% a 30 años. Así, una casa de u$s 100.000 se está pagando u$s 900 al año. En el caso de los que menos tienen, nosotros hacemos la vivienda, la alquilamos y el gobierno la paga.
¿Se podría hacer en el país?
En Sudamérica en particular se podría construir y el mercado lo va a consumir. Pero el Gobierno tiene que tomar acciones, poner reglas para que las viviendas sean eficientes, administrar las leyes de forma rígida con el sector y dar incentivos, como tierra, permisos. Se pueden hacer casas mucho más accesibles.