Casi 30 años después de su nacimiento ocurrido en 1984, cuando Arcor introdujo la golosina al mercado para expandir su portfolio en el mercado nacional, la marca Bon o Bon desembarca en Brasil.
El objetivo del grupo cordobés de introducir en el mayor mercado del Mercosur su producto mas emblemático y cuyo nombre fue elegido por el propio Luis Pagani, es el de reforzar sus operaciones en el país vecino, donde ya es un importante jugador en el negocio de las golosinas.
Para eso, invertirá 150 millones de reales (u$s 85 millones) en la expansión de la capacidad de producción de las plantas que posee en las localidades de Bragança Paulista y Rio das Pedras, ambas en San Pablo.
Adicionalmente, utilizará otros 70 millones de reales (u$s 35 millones) en estrategias de marketing destinadas a posicionar en Brasil esta golosina, que actualmente se exporta a más de 60 países y de la cual se venden 700 millones de unidades anuales. Incluso, se consume hasta en Estados Unidos, aunque allí la marca fue rebautizada como Whisper para adaptarla a los gustos locales.
El anuncio del desembarco en el país que preside Dilma Rousseff fue realizado ayer por el director General de Arcor do Brasil, Oswaldo Nardinelli, quien explicó que el propósito del grupo es sorprender a los consumidores con productos diferentes por su calidad.
En este sentido, el ejecutivo recordó que Bon o Bon es la segunda principal marca en el mercado de bombones del mundo, líder en América del sur, con fuerte presencia en Argentina y una de las más importantes para el grupo Arcor.
Pero la apuesta del grupo cordobés no será fácil si se tiene en cuenta que el mercado de bombones de Brasil es el mayor del mundo, con una producción de un millón de toneladas anuales y una facturación cercana a los 500 millones de reales (u$s 250 millones) por año.
Consultados por El Cronista, en las oficinas locales de Arcor reconocieron el anuncio y explicaron que con Bon o Bon, se buscará reforzar la presencia del grupo cordobés en el mercado de alimentos brasileño y consolidarse en la categoría de Chocolates, donde ya participa con otras marcas como Butter Toffees, Tortuguita, Paçoca Amor, 7 Belo, Balas Kids y Tabletes Arcor. En el caso del Bon o Bon made in Brasil, se lanzará con tres sabores: Beijinho cob raspas de coco, Brigadeiro con chocolate granulado y el original de almendras.
Cuando fue creado, en 1984, el Bon o Bon tuvo como referencia precisamente a una golosina brasileña famosa entre los argentinos que todos los años pasan sus vacaciones en las playas del país vecino. Se trata del Serenata de Amor, producto desarrollado por Garoto.
Es que muchos argentinos conocían la oferta de chocolates de la marca brasileña y distinguían al bombón redondeado relleno con castaña de cajú pero no tenían a su alcance una variante nacional. Por eso es considerado dentro del rango de productos de los llamados consumo on the go, un segmento en el que la compra está regida fundamentalmente por el impulso.
En el mercado local se estima que el consumo de Bon o Bon llega a las 5,5 unidades per cápita, aunque el fanatismo por la marca es notable en Chile, donde esa cifra se eleva a seis bombones por persona al año.
A nivel global, Arcor emplea a 20.000 trabajadores en 39 fábricas. Es el primer productor de caramelos del mundo y su facturación llega a los u$s 3.300 millones anuales.
Es, además, la compañía líder en el mercado local de chocolates y también la mayor empresa de galletitas de América latina. Y no sólo actúa en el mercado de chocolates y golosinas, sino que también tiene fuerte presencia en jugos, pescados y alimentos.