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Mercedes-Benz Camiones y Buses, la empresa en la que el grupo alemán escindió su negocio de vehículos pesados, construirá una nueva planta automotriz en la Argentina. La fábrica estará en Zárate y empezará a funcionar en el primer trimestre de 2026. Con este desembolso, la compañía completa una inversión de u$s 110 millones, iniciada a fines de 2022 con la compra del predio donde montará la instalación.

El anuncio lo hizo Raúl Barcesat, presidente local de Mercedes-Benz Camiones y Buses. El ejecutivo concurrió este miércoles al Ministerio de Economía, para entrevistarse con el Secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Juan Pazo, y el de Comercio, Pablo Lavigne. También participó en la audiencia Archim Puchert, presidente y CEO de Mercedes-Benz Camiones y Buses Latinoamérica.

Hace casi una década que la industria automotriz argentina no tiene el anuncio de una nueva fábrica de vehículos. La última vez fue en 2015, cuando Nissan decidió u$s 300 millones para producir pick-ups en Córdoba con Renault y, precisamente, Mercedes-Benz (que, luego, terminó bajándose del proyecto).

Filial de Daimler Truck Group, Mercedes-Benz Camiones y Buses funciona en el país como empresa independiente de la automotriz de la estrella desde diciembre de 2021. Un año más tarde, anunció una inversión de u$s 20 millones para adquirir un predio en Zárate. En julio pasado, sumó a ese desembolso otros u$s 30 millones, destinados a la instalación de un centro logístico de autopartes y repuestos, actualmente en construcción y que se inaugurará en el próximo semestre. En consecuencia, la fábrica de vehículos insumirá u$s 60 millones adicionales hasta completar el monto total del plan.

"Esta fecha quedará en nuestra historia. Vinimos al país en 1951. En diciembre de 2021, se produjo al escisióin. Y, a partir de ahí, empezamos a escribir otra historia", celebra Barcesat, en diálogo con El Cronista. Para la empresa, la construcción de la nueva planta es la culminación del desarrollo de una operación "exclusiva y totalmente independiente", en sus propias palabras.

Desde el primer trimestre de 2026, se mudarán a Zárate todas las operaciones de Mercedes-Benz Camiones y Buses que, hasta ahora, se llevaban en la planta de su hermana en Virrey del Pino, La Matanza. Fundamentalmente, las líneas de producción de camiones y chasis de buses y la planta de remanufactura de piezas (llamada Reman). Involucran a 300 de las 500 personas que integran la empresa, entre esas unidades y las oficinas administrativas, training center y la comercializadora de usados (SelectTrucks), que seguirán funcionando en Munro, Tortuguitas y Pilar, respectivamente.

Una fábrica propia: el final esperado

Desde el día uno, se esperaba que la construcción de la planta estuviese al final del camino por el que había incursionado la alemana. Tras la escisión, continuó produciendo sus modelos de camiones Accelo y Atego, y de chasis de buses OH y OF, en el histórico complejo Juan Manuel Fangio de La Matanza, donde Mercedes-Benz hace su producto estrella: el utilitario Sprinter.

La futura planta de MB CyB producirá estos mismos modelos. Pero con la flexibilidad que dará el gestionar una fábrica propia para responder a los incrementos de demanda.

"Nuestra proyección es que el mercado local puede duplicarse", la ve Barcesat. "Es cierto que la Argentina, todavía, tiene que acomodar sus variables macro. Pero el potencial está", asegura.

"La planta tendrá flexibilidad en volumen y en el portfolio de productos. Hoy, el 70% de lo que vendemos localmente es de producción nacional. Si el mercado se duplica, podremos abastecerlo. Sin problemas", asegura.

En números, eso significa 10.000 unidades anuales en dos turnos, más del doble de lo que hoy produce en La Matanza.

El año pasado, se patentaron 5238 vehículos comerciales pesados de Mercedes-Benz, una participación del 37% sobre un mercado total de 14.163 unidades, según la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara).

"Tenemos el potencial para duplicar el mercado", reitera Barcesat. "En la Argentina, circulan 500.000 camiones. Con una tasa de renovación del 5% anual, son 25.000 unidades. Es un número del que ya estuvimos cerca en 2013 y 2017. Lo mismo pasa con los buses. Hay 40.000. Por ley, el 10% debería renovarse. Eso da un mercado de casi 4000 unidades", amplía.

Tampoco es casual la localización del predio. En el kilómetro 90 de la Ruta 9, la ubicación facilita el flujo de piezas: en el corredor norte, entre Pacheco y Rosario, hay cuatro automotrices -Ford, Volkswagen, Toyota y GM-, una gran fábrica de motos (Honda) y sus redes de proveedores. También es la vía terrestre directa para el autopartismo cordobés.

Pero, además, es estratégico por su cercanía al puerto de Zárate. Tanto para la provisión de insumos importados como para, fundamentalmente, la exportación.

Actualmente, el 30% de la producción de Mercedes-Benz Camiones y Buses se exporta a México. Desde el año pasado, envía el modelo de chasis OH (bus urbano con motor trasero) a ese destino. "Queremos seguir y, aprovechando el modelo exportador, continuar trabajando nuevos mercados", asegura Barcesat.

El chasis OH, por ejemplo, no se produce en Brasil. "Veremos con ellos dónde colocar el producto. Por lo pronto, México nos sigue colocando más órdenes de producción", dice el CEO. "Lo importante es que, con este modelo, no competimos con Brasil ni con Alemania", anticipa. Refuerza la importancia de la ubicación de la próxima planta. "Zárate es estratégico: da ventajas logísticas. Ahí, cuando hay una necesidad en algún mercado, la Argentina puede levantar la mano y cotizar con Brasil o Alemania. Y definirá el país más competitivo", se entusiasma.

El entusiasmo incluye la potencial incorporación de modelos al portfolio. "Tenemos proyectos. Hay que ver cómo evoluciona el mercado argentino. También hay desafíos tecnológicos, como pasar a motores con norma Euro 6. Pero, con planta propia, nos podemos adaptar con más facilidad al cambio que se necesite. La flexiblidad de seguir invirtiendo es mayor que la situación actual que tenemos produciendo en Virrey del Pino", sugiere.

"Este es un proyecto que se dio por etapas. Lo primero fue conseguir el predio. Después, anunciar el centro logístico. Nosotros continuamos trabajando en el medio de una situación difícil para el país, con los problemas de importaciones y de pago de la deuda comercial", retoma Barcesat.

"¿Cuánto influyó en el timing la normalización del comercio exterior y el inicio de solución de la deuda comercial de este gobierno?", le pregunta El Cronista.

"Todo ayuda", responde el CEO. "Las reglas claras y la previsibilidad son determinantes para proyectar y planificar. Entramos en el Bopreal al mismo tiempo que gestionábamos esta inversión. Por eso, la estamos anunciando", completa.

El ejecutivo define a la Argentina como "benchmark" para mostrar en casa matriz la capacidad de adaptación a los ciclos. "Que un mercado suba y baje es un tema. Pero es fundamental que sea con reglas claras y previsibilidad: sabiendo qué y cuánto se puede importar (material productivo, repuestos, unidades), y cómo (con qué impuestos, cómo pagarlos). Esa es la tranquilidad que necesitamos para seguir operando en la Argentina", distingue.

"No somos ingenuos. Pasamos momentos difíciles. Pero hay chances de recuperación en la Argentina. Tenemos litio, Vaca Muerta, agro... Hay posibilidades de que el país mejore. Si las cosas van bien, las inversiones volverán a ser fuertes. Apostamos a la recuperación. Llevará tiempo. Pero vemos que es un mercado atractivo. Porque, de hecho, en otros años, ya lo vimos: este potencial está y lo alcanzamos, con mercados de 900.000 vehículos anuales", finaliza.