

Seguramente ya escuchaste o leíste algo sobre el cortisol, pero no tanto como lo que sí habrás leído sobre el estrés y su impacto en la salud. ¿Y si te digo que están estrecamente relacionados? El cortisol es conocido como la "hormona del estrés", pero sus efectos van mucho más allá de una simple respuesta emocional. Cuando sus niveles se mantienen elevados, puede alterar el equilibrio de distintos órganos y provocar enfermedades crónicas severas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, NIH, por sus siglas en inglés, el cortisol es un glucocorticoide producido en las glándulas suprarrenales y regulado por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. ¿Para qué sirve te preguntarás? Bueno, tan simple como que su función es esencial para la respuesta al estrés y el metabolismo.

Hasta ahí todo en orden, el problema surge cuando hay una desregulación en su producción. "La pérdida de regulación puede conducir a trastornos de exceso de cortisol, como el síndrome de Cushing, o insuficiencia cortical, como la enfermedad de Addison", señalan los especialistas del NIH.
En la práctica, un cortisol alto de manera sostenida está vinculado a hipertensión, aumento de peso abdominal, ansiedad, insomnio y hasta alteraciones inmunológicas. En palabras simples: casi ningún sistema del cuerpo queda exento de su impacto.
¿Qué tiene que ver el cortisol con el estrés y salud mental?: mucho
El cortisol se libera cada vez que el cuerpo percibe una amenaza. Esa señal activa el sistema nervioso simpático y la clásica reacción de "lucha o huida". Esta respuesta permite reaccionar rápido, pero también desgasta al organismo.

Según el NIH, "el cuerpo humano responde continuamente a factores estresantes internos y externos". Cuando el estrés se prolonga, el cerebro y el sistema endocrino mantienen la alerta, provocando fatiga, irritabilidad, ansiedad crónica y dificultades cognitivas.
El impacto del cortisol en los órganos y sistemas
Los receptores de glucocorticoides están presentes en casi todos los tejidos, lo que explica por qué los niveles altos de cortisol tienen efectos multisistémicos. Entre los principales sistemas afectados destacan:
- Nervioso: altera memoria, atención y estado de ánimo.
- Inmune: disminuye defensas, aumenta vulnerabilidad a infecciones.
- Cardiovascular: incrementa riesgo de hipertensión y problemas cardíacos.
- Respiratorio: favorece respuestas exageradas en cuadros de asma.
- Reproductivo: puede reducir fertilidad y alterar ciclos menstruales.
- Musculoesquelético: provoca debilidad y pérdida de masa muscular.
- Piel: aumenta la fragilidad y retrasa cicatrización.
El uno de los estudios publicado por los NIH, concluyen que: "Los receptores de glucocorticoides están presentes en casi todos los tejidos del cuerpo. Por lo tanto, el cortisol puede afectar casi todos los sistemas de órganos", Entonces, ¿cómo cuidarnos para que los niveles de cortisol estén en orden?

Cómo ayudar a mantener el cortisol en valores normales
Aunque los desbalances clínicos requieren atención médica, en la vida cotidiana hay hábitos que ayudan a mantener el cortisol bajo control. Dormir bien es clave, ya que esta hormona sigue un ritmo circadiano.
La actividad física regular, una dieta equilibrada, técnicas de relajación como meditación o respiración profunda, y reducir el consumo excesivo de cafeína son aliados importantes para estabilizar los niveles.

El mecanismo de acción del cortisol en el cuerpo
El cortisol es una hormona esteroide liposoluble que atraviesa fácilmente las membranas celulares. Una vez dentro, se une a receptores específicos que ingresan al núcleo y modifican la transcripción de genes, parafraseando a los NIH.
El NIH explica que este proceso sigue un ciclo de retroalimentación: "En un ciclo de retroalimentación negativa, suficiente cortisol inhibe la liberación de ACTH y CRH". Así, el organismo regula sus propios niveles de manera natural.
Para que haya un equilibro en la salud desde una mirada hacia el cortisol, es necesario comprender que el cortisol alto no es un simple efecto del estrés, sino un desbalance que puede afectar múltiples sistemas. Cuidar el estilo de vida y atender señales tempranas es clave para proteger la salud integral.














