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La salud mental es un tema que alerta a los psicólogos, especialmente por los casos que se presentaron de una epidemia silenciosa conocida como cerebro popcorn, la cual tiene relación directa con las redes sociales y su uso constante.

Se trata de un fenómeno que describe la dificultad de mantener el enfoque acausade la sobreestimulación y multitarea digital, causando así que los pensamientos no tengan una dirección clara.

Cerebro popcorn: la creciente preocupación de los psicólogos ante las redes sociales

Las redes sociales afectan la manera en que el cerebro responde a los estímulos, generando una atención fragmentada. Estudios de la Universidad de California en Irvine revelaron que el tiempo promedio de atención frente a una pantalla disminuyó drásticamente.

Se pasó de 2.5 minutos en 2004 a 47 segundos en la actualidad, en un contexto donde más del 60% de la población mundial usa estas plataformas.

Las aplicaciones están diseñadas para aprovechar el deseo humano de reconocimiento social, lo que genera patrones de consumo adictivos a través de recompensas variables y microdosis de dopamina.

Esta sobrecarga informativa aumenta la distracción, la frustración y puede afectar la productividad. Además, el cerebro se acostumbra a recibir recompensas rápidas, lo que disminuye su capacidad para tolerar la incomodidad y la frustración.

Según expertos como Dannielle Haig y Daniel Glazer, este fenómeno provoca inquietud mental y ansiedad, afectando la salud emocional y cognitiva.

¿Qué hacer para reducir el cerebro popcorn y combatir esta epidemia?

Para mitigar el impacto del cerebro popcorn, los expertos recomiendan limitar el uso de tecnología a momentos específicos y hacer desintoxicacionesdigitales que permitan al cerebro descansar.

Actividades sin pantallas, como meditar, caminar en la naturaleza, hacer ejercicio o leer, fortalecen la concentración y el bienestar mental. También es importante practicar la atención plena enfocándose en una sola tarea, en lugar de la multitarea constante.

Eliminar aplicaciones periódicamente puede ayudar a recuperar el control sobre el uso de las redes sociales y reducir la dependencia digital.