

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) advirtió que reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, como plantea el Gobierno hacia 2030, no debe hacerse sin antes establecer incentivos que respalden la productividad.
Aunque reconocen la importancia de mejorar las condiciones laborales, los empresarios piden que cualquier reforma a la Ley Federal del Trabajo se construya con base en datos y en un diálogo auténtico entre gobierno, trabajadores y empresas. "No es momento de decisiones unilaterales ni de imposiciones políticas", señaló el organismo.
Propuestas: incentivos fiscales para sostener la reforma
La Coparmex propuso dos medidas clave para facilitar la transición sin afectar al empleo formal:
Deducibilidad total de las prestaciones laborales.
Actualización de la tabla de subsidios al empleo (ISR).
Estas herramientas, afirman, permitirían a las empresas adaptarse sin poner en riesgo su viabilidad, especialmente a las micro, pequeñas y medianas, que son las más vulnerables.
Avances que no deben perderse
El organismo recordó que en años recientes se han logrado importantes mejoras laborales a través del consenso social:
Incremento constante del salario mínimo.
Ampliación de los días de vacaciones.
Regulación de la subcontratación.
Reforma a las pensiones con mayores aportaciones patronales.
Estos logros, señala la Coparmex, deben consolidarse y no verse amenazados por cambios mal planeados.

Equilibrio entre productividad y bienestar laboral
Juan José Sierra, presidente del organismo, destacó que México necesita reformas que equilibren productividad, competitividad y bienestar laboral. Subrayó que solo mediante acuerdos tripartitos -entre empresas, trabajadores y gobierno- será posible implementar transformaciones sostenibles que fortalezcan tanto al mercado interno como a la economía en general.













