

La creciente preocupación por el uso de efectivo en transacciones económicas ha llevado al Servicio de Administración Tributaria (SAT) a prestar especial atención a este método de pago. La preferencia por alternativas reduce la evasión fiscal y mejora el acceso a datos económicos.
El SAT considera como depósitos en efectivo aquellos realizados en moneda nacional o extranjera en cuentas bancarias, así como la adquisición de cheques de caja. Por otro lado, las transferencias electrónicas y los traspasos entre cuentas no se clasifican como tales.
Es relevante mencionar que el límite para recibir o depositar efectivo en una cuenta es de 15,000 pesos. Si se excede esta cifra, los bancos deben informar al SAT sobre estas transacciones, un procedimiento que ha pasado de ser anual a mensual.
Estos son los gastos y ahorros que el SAT no vigila
En cuanto a la pensión alimenticia, esta no está sujeta a un impuesto adicional sobre la renta, dado que el gravamen ya se aplica al salario bruto del trabajador. Tras las deducciones correspondientes, se retiene un porcentaje del sueldo neto para cumplir con la obligación alimentaria dictada por un juez.
Respecto a las donaciones, la Ley del Impuesto sobre la Renta establece un impuesto del 20% sobre el ingreso generado, aunque existen excepciones para donaciones exentas de impuestos.

Para las personas físicas, es crucial conocer los gastos deducibles en la declaración de impuestos, siempre que no se realicen en efectivo. Estos incluyen servicios médicos, gastos hospitalarios, estudios clínicos, prótesis, lentes ópticos, seguros de gastos médicos, colegiaturas y donativos a instituciones autorizadas, así como aportaciones voluntarias a fondos de retiro. Esta información fue compartida por La Silla Rota.
Además, el uso de tecnologías financieras, como aplicaciones de pago y billeteras digitales, ha crecido significativamente, facilitando el cumplimiento fiscal y promoviendo una mayor transparencia en las transacciones económicas.













