

Un descubrimiento sacudió el mundo científico después de confirmar finalmente la controvertida teoría sobre la vitamina B1propuesta hace 67 años.
En específico, investigadores de la Universidad de California en Riverside lograron estabilizar un carbeno en agua, una hazaña que durante décadas los expertos consideraron imposible.
Este avance histórico no solo valida la hipótesis de Ronald Breslow de 1958 sobre cómo funciona la vitamina B1 en nuestro cuerpo, sino que también promete transformar la industria farmacéutica con métodos de producción más ecológicos y eficientes.
Descubre cómo esta molécula "imposible" podría revolucionar la medicina moderna y por qué los científicos la consideran el verdadero "santo grial" de la química biológica.

La teoría "imposible" de Ronald Breslow por fin demostrada
En 1958, el químico Ronald Breslow de la Universidad de Columbia propuso una teoría que parecía descabellada: la vitamina B1 podría convertirse en una molécula extremadamente inestable llamada carbeno durante reacciones bioquímicas esenciales en el cuerpo humano.
El problema era que los carbenos son notoriamente reactivos, especialmente en agua, donde se descomponen casi instantáneamente.
Durante décadas, esta hipótesis permaneció como una posibilidad teórica que nadie podía comprobar.
Ahora, investigadores de la Universidad de California en Riverside lograron lo que se consideraba imposible: estabilizar un carbeno en agua. El equipo liderado por Vincent Lavallo consiguió aislar la molécula, sellarla en un contenedor y observar cómo permanecía intacta durante meses. "La gente pensaba que era una idea descabellada. Pero resulta que Ronald Breslow tenía razón", afirmó Lavallo.

La "armadura molecular" que hizo posible el descubrimiento
El secreto del éxito radica en lo que los investigadores describen como una "armadura molecular". El equipo sintetizó una estructura protectora que envuelve el carbeno, blindando su centro reactivo del agua.
Esta innovadora técnica permitió que el carbeno permaneciera estable el tiempo suficiente para ser estudiado mediante espectroscopía de resonancia magnética nuclear y cristalografía de rayos X.
"Estábamos creando estas moléculas reactivas para explorar su química, no persiguiendo una teoría histórica", explicó Varun Raviprolu, autor principal del estudio. "Pero resulta que nuestro trabajo terminó confirmando exactamente lo que se propuso hace tantos años".
Revolución verde: hacia una química farmacéutica más sostenible
Este hallazgo va más allá de confirmar una hipótesis bioquímica: tiene implicaciones prácticas de gran relevancia. Los carbenos, compuestos clave en química, se utilizan comúnmente como ligandos o estructuras de soporte en catalizadores metálicos, esenciales para la producción de medicamentos.
Actualmente, muchos de estos procesos requieren el uso de solventes orgánicos tóxicos. Sin embargo, el nuevo método desarrollado por los investigadores permite estabilizar carbenos en agua, lo que podría transformar estas reacciones en alternativas más limpias, seguras y económicas.
"El agua es el solvente ideal: abundante, no tóxica y ecológica", explicó Raviprolu. "Lograr que estos potentes catalizadores funcionen en agua representa un gran avance hacia una química más verde".
Además, este descubrimiento acerca a los científicos a replicar en laboratorio procesos químicos que ocurren de forma natural en las células, compuestas mayoritariamente por agua.
La estabilización de carbenos en medios acuosos podría abrir nuevas líneas de investigación sobre intermediarios reactivos similares, revolucionando la comprensión de la bioquímica fundamental y facilitando el desarrollo de innovaciones farmacéuticas más sostenibles.















