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Aunque nacido en Chicago, Estados Unidos, el nuevo Papa León XIV, tiene una profunda conexión con Sudamérica, más específicamente con Perú, país del que abrazó su nacionalidad y se convirtió en obispo. Robert Francis Prevost, el sucesor de Francisco, mantiene desde 1985 un estrecho lazo con la región.

El nuevo Papa León XIV se convierte en el primer agustino que llega al pontificado con décadas de servicio pastoral y misionero que el Papa Francisco supo reconocer en vida con diferentes nombramientos.

El vínculo del Papa León XIV con Sudamérica

Contra muchos pronósticos que mantenían otros nombres como favoritos, Prevost se convirtió en el nuevo Papadel Vaticano. Hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de ascendencia española, Robert Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago Illinois.

Apenas cuatro años después de emitir sus votos solemnes, Prevost llega a Perú por primera vez en 1985, como parte de una misión de la Orden de San Agustín en la región de Chulucanas, en Piura. Allí comienza a forjar un lazo con Sudamérica que lo marcará profundamente.

En 1988 se incorpora a la misión de Trujillo, también en Perú, como director del proyecto de formación común para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Su labor pastoral se extiende allí durante 11 años en los que se desempeñó entre otros cargos como prior de la comunidad, profesor de profesores y vicario judicial.

También en esos años, fue elegido como párroco en barrios periféricos de bajos recursos. Su cercanía con las comunidades locales y su trabajo en formación religiosa lo consolidaron como figura respetada en la Iglesia peruana.

Prevost también es peruano: adoptó la nacionalidad en 2015

El vínculo fue tan fuerte que, años después, decidió adoptar también la nacionalidad peruana, en cumplimiento con los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado peruano, cuando fue designado obispo de Chiclayo en 2015 por el Papa Francisco.

A partir de ese momento, Prevost se integró activamente en la vida eclesial del país, siendo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y liderando comisiones de cultura y educación. En 2020 lo nombran administrador apostólico de la diócesis del Callao y tres años más tarde, el propio Francisco vuelve a reconocerlo promoviéndolo a prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, con sede en Roma.

Desde ese rol, Prevost mantuvo una conexión institucional directa con el continente, acompañando al Papa Francisco en sus viajes apostólicos y participando en las asambleas sinodales.