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Cada Viernes Santo en Semana Santa, millones de fieles católicos en el mundo reviven uno de los momentos más sobrecogedores y dramáticos de la fe cristiana: el Vía Crucis, el recorrido simbólico que representa las últimas horas de Jesucristo, el hijo de Dios, antes de su crucifixión.

Este rito de la comunidad católicacristiana conmemora el camino de sufrimiento que Jesús recorrió desde el Monte de los Olivos hasta el Calvario, pasando por cada etapa de su pasión, caída y muerte, a través de 14 estaciones cargadas de significado espiritual, pues es donde la Virgen María ve cómo su hijo muere sin poder hacer nada porque así fue el mandato de Dios.

Todo sobre el origel del Vía Crusis según el Vaticano

El origen del Vía Crucis se remonta a la Baja Edad Media, con raíces profundamente ancladas en Jerusalén, la ciudad donde ocurrieron los hechos históricos.

"Es un camino de esperanza, el camino de la Salvación", explican desde el Vaticano. A lo largo de los siglos, esta práctica fue tomando forma gracias al impulso de santos como San Francisco de Asís y San Buenaventura de Bagnoregio, aunque fue especialmente difundida en su forma actual por los franciscanos en el siglo XVII.

San Leonardo de Porto Maurizio, fraile menor italiano, fue clave en esta expansión al introducir meditaciones específicas para cada estación, ayudando a los fieles a conectar emocional y espiritualmente con el sufrimiento de Cristo.

Las 14 estaciones: una narrativa de dolor y redención

Cada estación del Vía Crucis representa un momento específico del padecimiento de Jesús. Inicia con su condena a muerte por Poncio Pilato, pasa por las tres caídas, el encuentro con su madre, la ayuda del Cirineo, y culmina con su muerte en la cruz y su sepultura.

  1. Jesús es condenado a muerte.
  2. Jesús carga con la cruz.
  3. Jesús cae por primera vez.
  4. Jesús se encuentra con su madre.
  5. Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz.
  6. La Verónica limpia el rostro de Jesús.
  7. Jesús cae por segunda vez.
  8. Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
  9. Jesús cae por tercera vez.
  10. Jesús es despojado de sus vestiduras.
  11. Jesús es clavado en la cruz.
  12. Jesús muere en la cruz.
  13. Jesús es bajado de la cruz.
  14. Jesús es colocado en el sepulcro.

Durante el Vía Crucis del Santo Padre, en este caso quien reemplace al papa Francisco en la Plaza de San Pedro, los textos meditativos que acompañan cada estación son a menudo redactados por niños y jóvenes. "Es un camino que habla al corazón de todas las edades", señalan desde Radio Vaticano.

Un rito univeral de los católicos cristianos con corazón en Jerusalén

En Tierra Santa, el Vía Crucis cobra una dimensión única: se recorre físicamente la Vía Dolorosa, el camino real que siguió Jesús en Jerusalén. Allí, las estaciones están repartidas entre calles empedradas y capillas, hasta llegar a la Iglesia del Santo Sepulcro, lugar tradicional de la crucifixión, muerte y sepultura de Cristo.

Durante la pandemia, con los peregrinos imposibilitados de visitar Jerusalén, la Custodia de Tierra Santa lanzó el proyecto virtual "Hic - En el camino de la cruz", que permitió a los fieles de todo el mundo recorrer de forma digital las estaciones. "Cada video comenzaba con imágenes de Jerusalén y guiaba espiritualmente por la Vía Dolorosa", detalló el Vaticano, ofreciendo una forma distinta pero profundamente simbólica de vivir esta experiencia de fe.

"El Vía Crucis no solo recuerda el sufrimiento de Cristo, sino que invita a recorrer nuestros propios caminos de dolor con esperanza", concluyen desde el programa Doppio Click de Radio Vaticano. Un rito milenario que, cada año, continúa uniendo a los creyentes en oración, reflexión y devoción.

Fuente: ShutterstockShutterstock

¿Dónde queda hoy el Monte de Olivos?
En la actualidad, el Monte de los Olivos sigue ubicado en Jerusalén, específicamente al este de la Ciudad Vieja, cruzando el valle del Cedrón. Es un lugar de enorme importancia religiosa para judíos, cristianos y musulmanes.

Desde el Monte de los Olivos se tiene una vista panorámica icónica de la ciudad amurallada de Jerusalén. En la tradición cristiana, este monte es sagrado porque, según los Evangelios, fue allí donde Jesús oró antes de su arresto, en el Huerto de Getsemaní, y desde donde también ascendió al cielo tras su resurrección.

Hoy en día, el monte está lleno de lugares sagrados y peregrinaciones, como: La Iglesia de Todas las Naciones junto al Huerto de Getsemaní, la Iglesia del Padre Nuestro, el cementerio judío más antiguo del mundo, que se extiende por su ladera y la Capilla de la Ascensión, por nombrar algunos.