

En esta noticia
Muchas personas consideran que es obligatorio cambiar las sábanas una vezpor semana; sin embargo, los expertos señalan que la frecuencia puede ajustarse según diferentes factores.
De hecho, entender cuándo es el momento adecuado permite minimizar la proliferación de bacterias y ácaros, así como a prevenir olores desagradables.

Cada cuánto se deben cambiar las sábanas para evitar ácaros y olores
No existe una regla única para todas las personas. En climas cálidos, el sudor y la humedad se acumulan más rápido, por lo que se recomienda cambiar las sábanas cada 3 o 4 días.
En climas fríos, el cambio puede extenderse hasta dos semanas, siempre que las sábanas se mantengan en buen estado y libres de manchas.
Cómo lavar las sábanas correctamente
Lavar las sábanas correctamente es esencial para asegurar un descanso saludable y mantener un ambiente limpio.
Comienza separando las sábanas por color para evitar que se destiñan. Revisa siempre las etiquetas y ajusta la temperatura del agua según el tipo de tela: agua caliente para algodón resistente y agua fría para tejidos delicados.
Utiliza un detergente adecuado, evitando el exceso, ya que puede dejar residuos. Al finalizar el ciclo de lavado, es fundamental un secado completo para prevenir la proliferación de ácaros y bacterias; siempre que sea posible, seca las sábanas al aire libre o en secadora a temperatura baja con un ciclo prolongado, evitando encogimientos y desgaste.
Finalmente, dóblalas o guárdalas de inmediato para mantenerlas frescas, libres de arrugas y listas para su uso.

¿Es necesario planchar las sábanas?
Planchar las sábanas no es estrictamente obligatorio para su uso diario, pero hacerlo aporta beneficios.
El calor de la plancha ayuda a eliminar posibles microorganismos residuales que puedan quedar tras el lavado, como bacterias, ácaros y hongos, contribuyendo a un descanso más higiénico.
Además, planchar las sábanas mejora su apariencia, dejándolas más suaves y sin arrugas, lo que genera una sensación de confort adicional a la hora de acostarse.
En cuanto al tipo de tela, las sábanas de algodón resistente suelen tolerar altas temperaturas, mientras que los tejidos más delicados, como el satén o el lino fino, requieren un planchado a temperatura media o baja para evitar dañarlas.
Si se prefiere, también se puede optar por sacudirlas bien y doblarlas después de la secadora caliente, lo que ayuda a reducir arrugas sin necesidad de plancha, aunque no sustituye completamente la acción higiénica del calor directo.















