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Las bebidas dietéticas, llamadas "light" o "zero", han sido promocionadas durante años como la alternativa "saludable" a los refrescos azucarados, una forma de disfrutar de un sabor dulce sin las calorías extra. Sin embargo, una nueva y sólida investigación australiana ha puesto en duda esta creencia.

Un estudio longitudinal, el primero de su tipo en el país, ha revelado una conexión preocupante que asegura que consumir tan solo una bebida con edulcorantes artificiales (ASB) al día podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 38%.

Revelan por qué las gaseosas "light" o "zero azúcar" también hace mal a la salud. Fuente: archivo

La principal sorpresa del estudio, realizado por el Melbourne Collaborative Cohort Study, es que el aumento del riesgo de diabetes tipo 2 asociado a las bebidas dietéticas sin azúcar no se explica simplemente por el sobrepeso. Los investigadores analizaron datos de decenas de miles de adultos durante más de una década y encontraron que el vínculo se mantenía incluso después de ajustar factores clave como el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura y otros hábitos de vida.

Esto sugiere que lasbebidas con edulcorantes artificialespodrían estar afectando al metabolismo de formas más complejas y directas.

Por qué las bebidas "light" son tan malas como las azucaradas

Los científicos detrás de la investigación plantean varias hipótesis sobre cómo los edulcorantes artificiales podrían estar impactando la salud. Entre las posibles causas se baraja la alteración de la microbiota intestinal, un ecosistema de microorganismos clave para la digestión y el metabolismo.

También se considera que estos edulcorantes podrían interferir con la absorción de glucosa o generar respuestas hormonales inesperadas. Este hallazgo lanza un mensaje claro: lo "dietético" no siempre es sinónimo de saludable, y sus efectos van más allá de una simple reducción calórica.

El estudio también comparó los efectos de los refrescos dietéticos con los de las bebidas azucaradas. Si bien el consumo diario de refrescos tradicionales también se asoció con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 (un 23%), este efecto desaparecía casi por completo al ajustar la ecuación por el peso corporal y la grasa abdominal. Esto significa que el principal problema de las bebidas azucaradas radica en el aumento de peso y la obesidad que provocan, un factor de riesgo bien conocido para la diabetes.

Cómo prevenir la aparición de la Diabetes tipo 2

El consumo excesivo de azúcar, según los expertos, promueve la acumulación de grasa visceral, la más dañina para el metabolismo. Al elevar los niveles de azúcar en sangre, estas bebidas provocan picos de insulina que, con el tiempo, pueden llevar a una resistencia a la insulina, el paso previo a la diabetes tipo 2.

Aunque no son un problema menor, las bebidas azucaradas actúan de forma predecible al engordar ya que ese aumento de peso es la principal amenaza. Las bebidas dietéticas, por su parte, parecen tener un efecto nocivo menos ligado a la balanza y más a un nivel metabólico directo.

La investigación, que se basó en el seguimiento de más de 36,000 personas de entre 40 y 69 años durante casi 14 años, es pionera en Australia. Su enfoque local es relevante, ya que la composición de los refrescos y los edulcorantes puede variar entre países.

Mientras en Australia predomina la sacarosa, en Estados Unidos se usa más el jarabe de maíz con alta fructosa, y las diferencias metabólicas entre estos azúcares podrían influir en el riesgo. Durante el seguimiento, se registraron 1,782 nuevos casos de diabetes tipo 2, con una incidencia particularmente alta entre personas con obesidad abdominal y una dieta de baja calidad.

Expertos proponen prohibir el consumo de gaseosas edulcoradas

Los resultados del estudio han llevado a los investigadores a pedir a las autoridades sanitarias un enfoque más integral. Hasta ahora, la mayoría de las campañas de salud pública se han centrado en reducir el consumo de azúcar, lo que podría estar llevando a muchos consumidores a optar por alternativas dietéticas que también presentan riesgos.

En Australia, iniciativas como "Rethink Sugary Drink" o los impuestos a las bebidas azucaradas podrían ser insuficientes si no se incluye también a los edulcorantes. "Apoyamos medidas como los impuestos sobre las bebidas azucaradas, pero nuestro estudio muestra que también necesitamos prestar atención a las opciones endulzadas artificialmente", señaló un investigador del estudio.

La preocupación radica en que, al promocionar los productos dietéticos como "mejores para la salud", las políticas públicas podrían estar indirectamente promoviendo un riesgo diferente, pero igualmente real.

Murió el azúcar: ¿cuál es la mejor opción entre las bebidas?

Los autores del estudio sugieren la necesidad de seguir investigando el impacto específico de cada edulcorante, ya que no todos actúan de la misma manera en el cuerpo.

Mientras tanto, la recomendación más sensata y contundente para la prevención de la diabetes es optar por agua, infusiones sin azúcar o alternativas naturales. La prevención de la diabetes tipo 2 no solo se trata de contar calorías, sino de entender cómo lo que bebemos interactúa con nuestro cuerpo a un nivel profundo, y el mensaje del estudio es que tanto el azúcar como los edulcorantes artificiales merecen ser reconsiderados.