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París fue testigo de un descubrimiento que ha encendido tanto la fe como el asombro arqueológico. En el corazón de la catedral de Notre Dame, mientras avanzaban las tareas de restauración tras el devastador incendio de 2019, un hallazgo removió algo más que tierra: desenterró lo sagrado.

Bajo una delgada capa de polvo y piedra, los arqueólogos descubrieron el torso y la cabeza de una figura que muchos ya llaman milagro: Cristo o Jesús, con los ojos cerrados y sangre escurriendo de su costado. Este descubrimiento con tintes milagrosos tiene en alarta a los arqueólogos en el mundo.

Este suceso fue documentado por National Geographic, que acompañó al arqueólogo Christophe Besnier y su equipo durante las excavaciones. "La escultura es realmente excepcional por su delicadeza, su atención al detalle. La representación de los párpados, las orejas, la nariz, es increíble", declaró Besnier.

La imagen fue hallada entre restos del antiguo cancel del coro, una estructura del siglo XIII que separaba al público del altar y cuya existencia parecía perdida en la historia.

El milagro de la aparación de la imagen de Cristo entre los escombros

No es solo una figura. Para quienes han seguido la historia del cancel, se trata de una escena completa de la Pasión de Cristo.

Los arqueólogos encontraron fragmentos de esculturas cuidadosamente alineados justo bajo la entrada al coro. "Sabemos por las descripciones antiguas que hubo escenas de la pasión de Cristo", explicó el historiador Dany Sandron. Lo que por siglos fue invisible, ahora renace como símbolo de un misterio más grande.

Según los expertos, estas esculturas no eran meras decoraciones. Eran parte de una coreografía visual y espiritual diseñada para ocultar el altar y provocar un momento de recogimiento.

"El momento en el que uno no ve nada y no oye nada es el momento más importante", dijo el historiador Mathieu Lours. "Es el momento más misterioso, cuando la gente escucha más... saben que algo absolutamente increíble está pasando".

De la tragedia al descubrimiento milagroso en Notre Dame

El fuego que devastó Notre Dame no solo reveló debilidad estructural, sino también una profundidad espiritual inesperada. "Si no hubiera sido por el fuego, nunca habríamos tenido la oportunidad de descubrir ni siquiera esta parte parcial del antiguo coro", reconoció Besnier. Lo que parecía pérdida se convirtió en revelación.

La figura de Cristo hallada en los escombros no está sola. Más de 1000 fragmentos del cancel fueron recuperados, 700 de ellos aún con rastros de pintura. Para algunos fieles, no se trata de arqueología, sino de una señal. Un recordatorio divino entre ruinas.

Mientras Notre Dame se prepara para reabrir sus puertas el 8 de diciembre, el misterio permanece. ¿Fue casualidad o intervención divina? En tiempos de restauración, la fe, como la piedra, también puede ser desenterrada.