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Las especulaciones que giran en torno a una posible Tercera Guerra Mundial generan una enorme conmoción a nivel global. El mundo ha sido testigo de todo tipo de conflictos bélicos, por lo que la amenaza de un probable nuevo enfrentamiento entre naciones resulta atemorizante.

En este sentido, los datos proporcionados por el último Índice de Paz, realizado el pasado 2024, alimenta la preocupación y siembra incertidumbre sobre el porvenir.

Qué es el Índice de Paz y qué datos contempla

Elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz(IEP), el IPG es la principal medida mundial de la paz global. El informe presenta el análisis más completo hasta la fecha sobre las tendencias de este factor a nivel global, su valor económico, y cómo desarrollar sociedades pacíficas.

Este cubre el 99,7% de la población del mundo, se calcula utilizando 23 indicadores cualitativos y cuantitativos, y mide el estado de la paz en tres ámbitos: nivel de seguridad y protección de la sociedad, alcance de los conflictos nacionales e internacionales en curso, y grado de militarización.

El Índice de Paz Global 2024 revela que el mundo se encuentra en una encrucijada; si no se realizan esfuerzos concertados, el riesgo de que se produzcan nuevos e importantes conflictos entre naciones es alto.

Los números actuales del IPG generan preocupación

Actualmente, 97 países deterioraron su grado de paz, lo que da un resultado mayor que en cualquier otro año registrado, desde la creación del Índice de Paz Global en el año 2008.

Los conflictos en Gaza y Ucrania fueron los principales impulsores de la caída de este factor a mundial, dado a que las muertes en batalla alcanzaron un total de hasta 162.000 en 2023.

Además, el impacto económico mundial de la violencia aumentó a 19,1 billones de dólares en el mencionado año, lo que representó el 13,5% del PIB mundial.

La exposición a este tipo de conflictos plantea un riesgo significativo en la cadena de suministro para los gobiernos y las empresas de todo el mundo, ya que los enfrentamientos entre países pueden interrumpir rutas comerciales, limitar el acceso a recursos estratégicos y generar sanciones económicas,afectando la producción y distribución global de bienes.

Aunque el número de guerras a nivel mundial antes de la Segunda Guerra Mundial fue superior al que vemos en 2025, el panorama actual presenta una mayor complejidad geopolítica y tecnológica, lo que enciende todas las alarmas alrededor del mundo y mantiene a la población global en vilo.