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En Japón, las leyendas se entrelazan con la cultura. De esta forma, crean un poderoso universo de seres misteriosos y aterradores. Uno de los más llamativos es el Bakeneko, también conocido como el "gato monstruo", un espécimen que cautiva la imaginación de muchas generaciones gracias a sus increíbles habilidades sobrenaturales.

Según la mitología, debido a su larga cola, el Bakeneko puede mantenerse erguido y caminar como un humano, una característica que lo distingue de los gatos comunes. La leyenda cuenta que para convertirse en Bakeneko, un gato debe cumplir ciertos criterios específicos, como tener al menos 13 años, pesar más de 3,5 kg y tener una cola anormalmente larga.

Bakeneko: el enigmático habitante de la noche

De acuerdo con las antiguas creencias japonesas, los Bakeneko eligen lugares abandonados, templos antiguos y cementerios como morada, así como bosques y rincones apartados. Estas criaturas prefieren la oscuridad y la tranquilidad, donde pueden desplegar sus habilidades mágicas sin ser descubiertos.

El mito popular sostiene que los Bakeneko también se instalan en hogares donde los gatos son maltratados o descuidados. En estos casos, se dice que pueden tomar venganza en nombre de los felinos, adoptando forma humana para causar travesuras o incluso daños.

Esta peculiar faceta de su comportamiento los convierte en seres enigmáticos y aterradores que acechan en la noche, buscando justicia para sus compañeros felinos.

Los japoneses comenzaron a desconfiar de los gatos con colas largas, creyendo que podían convertirse en Bakeneko, lo que llevó a la práctica de cortarles la cola como medida preventiva. Foto: Wikimedia.

¿Cuáles son las habilidades sobrenaturales del Bakeneko, según la leyenda?

La leyenda japonesa atribuye al Bakeneko una serie de exquisitas habilidades sobrenaturales que refuerzan el carácter fascinante de esta criatura:

Bakeneko: el origen de la leyenda

La leyenda del Bakeneko tiene sus raíces en la época Edo (1603-1868), cuando Japón experimentaba una superpoblación de gatos en las calles. Estos felinos eran valorados por su capacidad para mantener a raya a los ratones que amenazaban la industria textil de los gusanos de seda.

El creciente número de gatos llevó a la aparición de la superstición del malvado gato de cola larga. Esta creencia hizo que los habitantes comenzaran a desconfiar de las colas largas de los gatos, dando origen a la práctica de cortarles la cola para prevenir su transformación.

Además, surgió la tradición de evitar que los gatos se acercaran a los difuntos, temiendo que pudieran resucitarlos. Esta arista se vio reforzada por los disturbios de Nabeshima Bakeneko en el siglo XVII, donde se cuenta la historia de un comerciante cuyo gato muerto regresó como un Bakeneko, aterrorizando la ciudad con incendios, ruidos extraños y ataques mortales. Estos eventos contribuyeron a alimentar el temor y la fascinación por el Bakeneko a lo largo de los años