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En el mismo lugar donde un año atrás se produjo el hallazgo de una pieza de oro, el equipo de arqueólogos encontró un pequeño anillo de oro, con una piedra preciosa de coloro rojo engarzada de la época helenística, es decir, de unos 2.300 años atrás. Se cree que el anillo, enterrado en la Ciudad de David en Jerusalén, perteneció a un niño o a una joven.

El hallazgo fue confirmado por la Autoridad de Antigüedades de Israel. El anillo cuenta con las características propias de la época, donde la combinación de oro con piedras preciosas de colores era característica.

Hallazgo en Jerusalén: ¿Qué se sabe del anillo de oro?

De acuerdo con la arqueóloga Marion Zindel, miembro de la Autoridad de Antigüedades de Israel, con la llegada de Alejandro Magno en el 333 a.C, los griegos introducen nuevos materiales y estilosa Jerusalén, transformando la joyería de la época de forma radical. El hallazgo del anillo confirma el estilo del período helenístico.

La combinación de oro con piedras preciosas se convirtió en tendencia hasta la era bizantina. Lo llamativo del caso es que la pieza fue hallada exactamente en el mismo lugar de excavación donde se encontró un anillo similar.

¿Cómo se explicaría la presencia de ambos anillos? En una entrevista con el Times, Zindel explica que actualmente se investiga una teoría que indica que las joyas fueron enterradas en los cimientos de un edificio como parte de la costumbre de la época en la que las mujeres prometidas sepultaban objetos de la infancia, incluidas sus joyas, en los cimientos de su propia casa. El ritual simbolizaba en la costumbre helénica el paso hacia la adultez.

El hallazgo del anillo sorprendió a todos: no se creía posible que en el mismo lugar donde habían hallado una pieza pudieran encontrar otra. "Pasamos la tierra por un tamiz y de pronto un compañero saca un anillo de oro de la tierra", cuenta al sitio oficial de la Autoridad, Rivka lengler miembro de la excavación. El experto examinó el anillo y concluyó que se trataba de una pieza antigua.

"Cuando tuve este anillo en la mano, me sentí parte de mi historia. Sentí que podía tocar y conectar con la gente que vivió aquí en Jerusalén hace miles de años", agregó.

Ya no queda duda de la riqueza de Jerusalén en la época helenística

Otro rasgo que permite develar el hallazgo de este anillo de oro es la riqueza que caracterizaba a Jerusalén en aquella época. Es decir, la presencia de estas dos piezas de oro no solo es una muestra de las costumbres del período y hasta de la moda: es también una prueba de cómo vivían.

"El oro era muy valioso; por lo tanto, es poco probable que no uno, sino dos anillos se perdieran accidentalmente durante la construcción del suelo", apuntó Zindel. "El hecho de que ambos anillos y otras joyas se encontraran bajo los pisos sugiere que fueron depositados allí con un propósito claro", concluyó.