El universo podría ser aún más sorprendente de lo que imaginamos. Un grupo de científicos liderado por Melvin Vopson, físico especializado en teoría de la información en la Universidad de Portsmouth, propone que la información no es solo abstracta, sino que posee masa, convirtiéndose en un nuevo estado de la materia.
Este hallazgo, que desafía nuestra comprensión tradicional de gas, plasma, líquido y sólido, no solo cambiaría la física, sino que también tendría implicancias para la tecnología, el almacenamiento de datos y hasta la naturaleza misma del universo.
Qué es el quinto estado de la materia: información con masa
Tradicionalmente, los estados de la materia reconocidos son sólido, líquido, gas y plasma. La propuesta de Melvin Vopson sugiere que la información misma constituye un quinto estado de la materia, aunque extremadamente ligera.
Según su hipótesis, cada bit de información tiene una masa pequeña pero medible. Para comprobarlo, propone un experimento donde positrones y electrones colisionan, liberando energía adicional al eliminar la información contenida en estas partículas.
Este proceso podría confirmar que la información es un componente tangible del universo y que incluso podría ayudar a explicar fenómenos aún no resueltos, como la materia oscura.
Cómo la masa de la información puede cambiar el almacenamiento de datos
El descubrimiento no es solo teórico: también tiene implicancias prácticas. Cada bit de información posee una masa finita, lo que plantea un límite físico para el almacenamiento digital. Hoy, la humanidad genera enormes cantidades de datos diariamente: millones de correos electrónicos, publicaciones, videos y mensajes. Según el autor, esta expansión de información podría superar la capacidad energética del planeta en poco más de un siglo. Entender la masa de la información será clave para diseñar tecnologías de almacenamiento más eficientes y sostenibles.
El universo como información organizada: gravedad, simulación y el rol de la tecnología
Si la información tiene masa, entonces no es solo un concepto abstracto: es un componente físico del universo. De hecho, propone que la gravedad podría actuar como un mecanismo que organiza la información, transformando el caos en estructuras ordenadas, desde átomos hasta galaxias. Esta visión conecta directamente con la idea de que el universo podría ser una simulación computacional, en la que la información se procesa y se almacena siguiendo reglas matemáticas precisas.
La implicancia tecnológica también es sorprendente: figuras como Elon Musk, Bill Gates y Mark Zuckerberg, que lideran proyectos en inteligencia artificial, metaverso y computación masiva, podrían verse como "guardianes" de esta infraestructura digital que refleja nuestra realidad.
Sus avances no solo cambian la vida cotidiana, sino que, en este marco teórico, también representarían un control sobre la forma en que la información -y por ende la materia misma- se organiza en el universo.
En otras palabras, la física, la tecnología y la teoría de la simulación se entrelazan: medir la masa de la información no solo explicaría fenómenos como la materia oscura, sino que también replantearía nuestra comprensión de la realidad, la gravedad y el papel de la tecnología en el universo.