

En Texas, a escasos kilómetros de la bulliciosa ciudad de Austin, una tranquila localidad rural ha comenzado a experimentar una transformación sin precedentes. Lejos del ruido político y empresarial de California, Elon Musk ha encontrado un nuevo terreno fértil para echar raíces y consolidar su creciente imperio tecnológico.
El cambio de escenario de Elon Musk responde a razones económicas y a sus convicciones personales y políticas que marcan el rumbo de sus proyectos. Bastrop, un municipio con historia y espíritu conservador, se ha vuelto protagonista del nuevo capítulo empresarial del magnate.
Bastrop, el tranquilo pueblo texano que atrajo a Elon Musk
Bastrop, una ciudad con poco más de 12 mil habitantes, se ha convertido en el inesperado epicentro de las operaciones de varias de las empresas más ambiciosas de Elon Musk.

La zona, ubicada a media hora del este de Austin, se distingue por sus amplias llanuras y un pasado ligado a industrias como la minería y la madera. Hoy, esas mismas tierras son el escenario de una revolución tecnológica impulsada por la llegada de X (antes Twitter), SpaceX y The Boring Company.
La administración municipal, encabezada por Sylvia Carrillo, se encuentra en una posición compleja. Por un lado, celebra las oportunidades laborales y el dinamismo económico que representa el desarrollo impulsado por Musk. Por el otro, enfrenta preocupaciones legítimas sobre el impacto ambiental, la presión sobre los precios de la vivienda y el riesgo de perder la esencia rural que ha definido a Bastrop por generaciones.
Texas, el nuevo bastión del imperio tecnológico de Musk
Elon Musk tomó la decisión de abandonar California luego de que el estado aprobara leyes que considera contrarias a la libertad de expresión y la meritocracia. La mudanza a Texas, uno de los estados más republicanos de Estados Unidos, coincide con su evolución ideológica y la búsqueda de un entorno más favorable para sus empresas.

El estado sureño ofrece ventajas clave: terrenos accesibles, una fuerza laboral calificada en las cercanías de Austin y políticas que promueven el desarrollo.
Además del complejo en Bastrop, Musk también ha levantado instalaciones de SpaceX en el condado de Cameron, cerca de la frontera con México, y ha respaldado la creación de una ciudad llamada Starbase, cuya aprobación se votará pronto.
La relación con las autoridades locales ha sido estratégica. En noviembre pasado, SpaceX solicitó convertir sus terrenos en una zona de libre comercio, lo cual le permitiría operar sin pagar ciertos impuestos.

A cambio, Texas le otorgó una subvención de 17.3 millones de dólares para generar empleos e inversión en la región.
The Boring Company, Elon Musk y su impacto en la comunidad
La presencia de The Boring Company en Bastrop ha sido uno de los elementos más visibles del asentamiento de Musk en Texas. Con su logotipo estampado en uno de los edificios principales, la empresa no solo representa una visión futurista de la infraestructura, sino también un foco de debate entre los habitantes. La compañía fue multada por la Comisión de Calidad Ambiental de Texas debido a la contaminación de agua, lo que encendió las alarmas entre los vecinos.

Inicialmente, la empresa planeaba verter aguas residuales en el río Colorado, pero la presión social la obligó a buscar una solución menos dañina, acordando el tratamiento de los residuos en una planta local. A pesar de estos tropiezos, The Boring Company sigue operando y forma parte de un complejo que incluye la Plaza Hyperloop, un espacio que alberga una cafetería, bar, tienda de regalos y hasta un parque infantil.
Aunque todavía no se concreta el plan de construir más de 100 viviendas para empleados, las primeras señales del cambio ya son evidentes. Bastrop se enfrenta al desafío de integrarse a una economía globalizada sin perder su identidad. La llegada de Elon Musk ha polarizado opiniones, pero también ha puesto a esta pequeña ciudad texana en el mapa del futuro tecnológico.













