

La polémica sobre el paracetamol, uno de los medicamentos más consumidos en Estados Unidos, alcanzó un nuevo nivel después de que Donald Trump cuestionara su seguridad, sobre todo durante el embarazo.
Según el mandatario, el consumo de este compuesto podría estar vinculado a un mayor riesgo de autismo, aunque la comunidad científica señaló que no existen pruebas concluyentes que respalden estas afirmaciones.
Rumores y teorías que alarman a la población
En una reciente intervención, Donald Trump aseguró que, en lugares como Cuba, donde el acceso a Tylenol es limitado por razones económicas, "virtualmente no hay autismo". También mencionó otras regiones del mundo con escaso consumo del medicamento, sugiriendo que esa correlación respalda su advertencia.
Estas declaraciones buscan justificar su recomendación de limitar el consumo del medicamento durante el embarazo, pero carecen de evidencia científica sólida.
Expertos en salud advirtieron que este tipo de mensajes puede generar alarma innecesaria, provocando que mujeres embarazadas suspendan tratamientos para dolor o fiebre sin supervisión médica. Además, la difusión de rumores sobre supuestos riesgos no comprobados contribuye a la desinformación, un problema que ya afecta la confianza de la población en los fármacos.

La FDA prepara nuevas advertencias y recomendaciones
Ante la controversia, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció que revisará las advertencias del paracetamol para alertar sobre posibles riesgos durante la gestación.
El objetivo es que médicos y pacientes adopten un uso más prudente del medicamento, especialmente en mujeres embarazadas. Sin embargo, los estudios científicos revisados por la comunidad médica no confirman un vínculo directo entre el consumo de paracetamol y el desarrollo de autismo, lo que genera cuestionamientos sobre la necesidad de tales advertencias.
Este movimiento pone en evidencia la presión política sobre organismos regulatorios y el desafío de equilibrar mensajes de salud pública con evidencia científica. Para la FDA, el reto consiste en comunicar riesgos potenciales sin crear alarma excesiva ni desincentivar el uso de un fármaco seguro y accesible para la mayoría de la población.

Expertos cuestionan la decisión y llaman a la prudencia
Profesionales de la salud señalaron que el paracetamol sigue siendo uno de los analgésicos y antipiréticos más seguros disponibles, con décadas de uso clínico respaldado por estudios internacionales.
Limitar su consumo sin pruebas concluyentes podría tener consecuencias negativas, como aumentar la automedicación con alternativas menos seguras o que las mujeres embarazadas sufran innecesariamente dolor o fiebre.
Médicos y científicos insisten en que las decisiones sobre fármacos deben basarse en evidencia rigurosa, ensayos clínicos y revisiones académicas. Afirman que la política no debería reemplazar la ciencia y que los riesgos potenciales del paracetamol deben comunicarse con claridad, contexto y prudencia.















