En su mensaje durante el Ángelus de este primer domingo de Cuaresma, el Papa Francisco, hospitalizado en la décima planta del Policlínico Gemelli desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral, agradeció a aquellos que mostraron su cercanía a través de la oración, el voluntariado y la atención a los enfermos.
Además, renovó su llamado por la paz en los territorios devastados por la violencia, haciendo un especial énfasis en Siria, Ucrania, Palestina, Israel y otras regiones en conflicto.
Después de 20 días internado, el papa Francisco habló sobre el voluntariado
El Papa Francisco comenzó su mensaje agradeciendo profundamente a todos aquellos que lo acompañan espiritualmente durante su prolongada estancia en el hospital, asegurando que sus oraciones son un consuelo para él.
En particular, expresó su agradecimiento a los médicos, enfermeras y demás trabajadores del sector sanitario por su dedicación y cuidado.
En sus palabras, destacó la labor de los voluntarios y su capacidad para transformar la sociedad a través del servicio desinteresado.
De hecho, el pontífice explicó que se trata de una verdadera expresión de ternura y cercanía, cualidades fundamentales para brindar apoyo a aquellos que atraviesan momentos difíciles.
En específico, mencionó que "necesitamos el milagro de la ternura", haciendo alusión a la capacidad de estar junto a los demás en sus sufrimientos, particularmente en tiempos de dolor.
Esta ternura, señaló, tiene el poder de iluminar la oscuridad, proporcionando esperanza y aliviando el sufrimiento.
En este sentido, los voluntarios juegan un papel vital, ya que, a través de su presencia y servicio, se convierten en testigos vivos de la cercanía de Dios en los momentos de prueba.
La Cuaresma: un tiempo de purificación y renovación espiritual en el Vaticano
El papa Francisco también dedicó una parte importante de su mensaje a reflexionar sobre el tiempo litúrgico en el que nos encontramos: la Cuaresma.
Para él, la Cuaresma es un momento privilegiado de purificación y renovación espiritual, una oportunidad para que los fieles crezcan en la fe, la esperanza y la caridad.
Este camino de conversión no solo implica la práctica de los tradicionales actos de penitencia, sino también un compromiso concreto con los demás, especialmente con los más necesitados.
Por último, recordó que la Cuaresma es también un tiempo de solidaridad y de amor hacia el prójimo, y que este proceso de purificación debe reflejarse en la vida diaria de cada uno.
Un llamado por la paz en el mundo
El papa Francisco, fiel a su estilo de liderazgo, no perdió la oportunidad de renovar su llamado por la paz en las regiones del mundo que sufren debido a la violencia.
Mencionó con particular preocupación la situación en Siria, donde la reanudación de la violencia volvió a amenazar la estabilidad y la seguridad de la población.
Así, pidió que cese de una vez por todas la violencia en el país, resaltando que este fin debe respetar la pluralidad étnica y religiosa de la sociedad siria, prestando especial atención a la protección de los civiles.
Pero no se limitó solo a Siria. A lo largo de su mensaje, expresó su continua preocupación por las tensiones en otros lugares, como Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo, regiones que continúan sumidas en graves crisis humanitarias y de derechos humanos.
Pidió que se intensifiquen los esfuerzos para alcanzar una paz duradera y estable, y que se brinde ayuda a las personas más vulnerables que sufren las consecuencias.
"Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo", subrayó.