En 1921, un escultor oriundo de Estados Unidos afirmó haber accedido a la fuente misma del conocimiento universal tras pasar 39 días en un estado de trance profundo.
Su nombre era Walter Russell, y su historia conmocionó a quienes la escucharon. Sin embargo, se dice que Nikola Tesla pudo haber visto algo oculto en sus palabras y le habría dejado una advertencia: "Guarda esto en una bóveda por 1000 años. La humanidad aún no está lista".
¿Quién fue Walter Russell?
Walter Russell (1871-1963) fue un artista multidisciplinario y pensador autodidacta estadounidense, conocido por su trabajo como escultor, pintor, músico y escritor. Más allá del arte, se dedicó a explorar conceptos científicos y filosóficos, proponiendo una visión del universo que integraba la espiritualidad con la física.
El hombre que en 1921 afirmó poder demostrar la existencia de Dios mediante la ciencia
En mayo de 1921, Walter Russell vivió una experiencia que describió como transformadora, un episodio que más tarde tituló "La historia de mi iluminación" en la edición de 1950 de su Curso de Estudio en el Hogar.
Durante ese periodo, aseguró que podía percibir "todo el movimiento" y mantener una plena "conciencia de todas las cosas".
Para explicar esta experiencia, recurrió a la terminología de Richard Maurice Bucke y su concepto de "conciencia cósmica", que planteaba un estado superior de percepción y entendimiento.
Russell reconoció que nadie que haya vivido esta experiencia había sido capaz de describirla plenamente, pero sintió el deber de compartirla con el mundo. Esta revelación se convirtió en el eje de su obra La Divina Ilíada (1949), un trabajo en dos volúmenes donde exploró su visión iluminada sobre el universo.
A lo largo de su carrera, publicó varias obras fundamentales como The Universal One (1926), The Russell Genero-Radiative Concept (1930) y El secreto de la luz (1947), defendiendo siempre la idea de que la ciencia tradicional había cometido un error crucial excluyendo el creador de su propia creación.
Según Russell, Dios no era una figura antropomórfica, sino la "Luz magnética de la mente blanca", una fuerza invisible, inmóvil e incondicionada que es el centro y origen de todas las cosas.
Para él, esta luz podía ser demostrada mediante métodos científicos, ya que la luz inmóvil que conocemos como magnetismo es, en realidad, la manifestación directa de esa divinidad universal.
Así, abogó por una fusión necesaria entre ciencia y religión, proponiendo que ambas disciplinas debían unirse para dar paso a una nueva era.
Nikola Tesla, el único hombre que habría respondido a Walter Russell
Se dice que, tras su experiencia, Walter Russell envió sus descubrimientos a más de 500 científicos. Según relatos difundidos en círculos esotéricos, casi todos rechazaron o ignoraron sus ideas, excepto una figura inesperada: Nikola Tesla.
La historia cuenta que el científico fue el único que reconoció el valor y la profundidad del conocimiento que él pretendía compartir. Incluso se dice que recomendó que esos escritos se guardaran en una bóveda por 1000 años, porque el mundo no estaría preparado para entenderlos ni aprovecharlos aún.
Sin embargo, es importante destacar que esta anécdota no está respaldada por documentos históricos o cartas verificables. No existen registros formales que confirmen que leyó o respondió directamente, ni que emitiera tal recomendación.