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Las tormentas de granizo provocan cada año daños por miles de millones en infraestructuras, cultivos y propiedades. Sin embargo, a pesar de su impacto devastador, la comunidad científica creyó durante décadas teorías poco precisas sobre su formación en la atmósfera.

Un reciente estudio de la Academia China de Ciencias logró demostrar los secretos que se esconden tras estas peligrosas bolas de hielo, revolucionando nuestra comprensión de los fenómenos meteorológicos extremos.

Los investigadores, liderados por Qinghong Zhang de la Universidad de Pekín, desarrollaron un método para analizar las "huellas dactilares" químicas presentes en cada capa de los granizos, revelando su verdadero proceso de formación.

El método de las "huellas dactilares" isotópicas que reveló el secreto del granizo

Hasta ahora, la teoría predominante sostenía que el granizo se formaba mediante un proceso de reciclaje dentro de las nubes tormentosas, subiendo y bajando repetidamente en las corrientes de aire, lo que explicaría las distintas capas de hielo transparente y opaco que suelen observarse. Sin embargo, los científicos desafiaron esta concepción.

Utilizando análisis de isótopos estables, los científicos lograron reconstruir la "historia" de 27 granizos procedentes de nueve tormentas diferentes en China.

Esta técnica permitió identificar con precisión a qué altura de la atmósfera se formó cada capa del granizo, creando un mapa vertical del recorrido de cada pieza hasta llegar a la superficie terrestre.

Un descubrimiento que contradice décadas de conocimiento meteorológico

Los resultados del estudio fueron sorprendentes: de los 27 granizos analizados, solo uno mostró evidencias del supuesto proceso de reciclaje. La mayoría se formó mediante un descenso constante hacia la atmósfera (10 casos) o experimentando un único movimiento ascendente (13 casos). Más sorprendente aún, tres granizos mostraron signos de un desplazamiento prácticamente horizontal.

"Este trabajo cambia fundamentalmente la forma en que entendemos la formación del granizo", aseguró Zhang. "Al ir más allá de suposiciones y basarnos en evidencia química real, estamos construyendo una imagen más precisa de estos destructivos fenómenos meteorológicos".

Otro hallazgo significativo fue que los embriones de granizo pueden formarse fuera del rango de temperatura tradicionalmente aceptado (-30°C a -10°C), pudiendo desarrollarse entre -33,4°C y -8,7°C. No obstante, las piedras más grandes sí requieren tiempo prolongado en estas zonas de "temperatura ideal" para que el agua superenfriada forme más capas, lo que explica por qué las tormentas más fuertes -con corrientes ascendentes más potentes- suelen producir granizos de mayor tamaño.

Implicaciones para la predicción meteorológica y los retos futuros

Este avance científico podría revolucionar los sistemas de predicción meteorológica y mejorar nuestra capacidad para estimar los peligros potenciales de una tormenta de granizo antes de que ocurra.

El estudio, realizado en colaboración con el Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos abre nuevas vías para proteger a las poblaciones vulnerables.

Sin embargo, la implementación de estas mejoras en los pronósticos podría enfrentar obstáculos, particularmente en Estados Unidos, donde los recortes presupuestarios a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) afectaron la capacidad del Servicio Meteorológico Nacional para recopilar datos cruciales para la predicción precisa de tormentas.