En esta noticia

Un artículo publicado en Science Direct demostró preocupación por la composición de diferentes tipos de tampones, revelando la presencia de hasta 16 metales, entre los cuales se incluyen metales potencialmente tóxicos como el plomo y el arsénico.

De hecho, este descubrimiento enciende alarmas sobre una probable exposición a metales tóxicos durante la menstruación.

Si bien la investigación no ha concluido de forma definitiva si estos metales pueden filtrarse desde los tampones hacia el torrente sanguíneo a través del epitelio vaginal, la existencia de estas sustancias en productos de higiene íntima femenina abre un panorama preocupante.

Un campo crucial en la salud pública, pero con un impacto aún limitado

El estudio científico no solo alerta sobre los posibles riesgos asociados con el uso de tampones, sino que también que demuestra que existe poco interés por la salud femenina, a pesar de su significativa relevancia.

"A pesar de este gran potencial de preocupación para la salud pública, se han realizado muy pocas investigaciones para medir las sustancias químicas presentes en los tampones", subrayó en un comunicado Jenni Shearston, autora principal y becaria postdoctoral de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Berkeley.

Preocupación por metales tóxicos en tampones

El equipo de científicos liderado por Jenni Shearston, de la Universidad de Columbia y la Universidad Estatal de Michigan, analizó 30 tampones pertenecientes a 14 marcas distintas, cuyos nombres no fueron revelados.

De esta manera, encontraron resultados preocupantes: la presencia de metales tóxicos en tampones de diversas marcas.

El análisis, que incluyó 30 tampones de 14 marcas diferentes (cuyos nombres no fueron revelados para proteger la privacidad de las empresas), detectó la presencia de hasta 16 metales, incluyendoarsénico, plomo y cadmio.

Si bien este estudio inicial revela la presencia de metales tóxicos en tampones, aún se requieren más investigaciones para determinar si estos elementos pueden filtrarse durante el uso y en qué medida.

El tejido vaginal es altamente permeable, lo que significa que los químicos presentes en los tampones podrían absorberse directamente en el torrente sanguíneo, evadiendo los mecanismos naturales de filtración del cuerpo.

Esta característica aumenta la preocupación por los potenciales efectos adversos para la salud, especialmente a largo plazo.