

La familia británica volvió a dar de que hablar, luego de que el pasado 26 de junio, se realizara una subasta organizada por Julien's Auctions donde se vendieron prendas y accesorios que Lady Di lució en numerosas ocasiones.
La venta total de los más de 300 lotes, entre los que se remataron vestidos, bolsos, sombreros y cartas, superó los 5 millones de dólares.
En este sentido, un artículo que destacó por sobre el resto por su sorprendente precio fue uno de los objetos más amados por la princesa de Gales: se trata de un vestido con gran valor sentimental, valuado en 520 millones de dólares.
Un icónico vestido de Lady Di fue subastado por 520 millones de dólares
Diseñado por Bellville Sassoon en 1988, el "Caring Dress" recibió ese apodo dado a que solía ser el elegido de Lady Di en sus visitas a niños en hospitales, gracias a que sus colores "alentaban a los pequeños a acercarse", según siempre sostuvo la prensa.

Lucido en visitas a Brasil, Nigeria y España entre 1988 y 1992, el vestido encarnaba la empatía pública de la princesa, destacando sus valores más característicos.
La puja tuvo lugar el último jueves del mes de junio en Beverly Hills: Renae Plant, fundadora y directora del Museo de la Princesa Diana, se comprometió emocional y financieramente, llegando a hipotecar su casa para asegurar la adquisición del vestido por 520 millones de dólares.
La emoción entre los presentes se desbordó cuando se adjudicó la prenda, subrayando su célebre conexión con la población y su simbolismo histórico.
Qué otras prendas de la princesa se subastaron
Además del vestido, la subasta incluía más de 300 lotes con prendas significativas para la princesa de Gales, que llegaron a alcanzar precios de hasta los 325 millones de dólares. Entre estas, destacaron sudaderas de la British Lung Foundation, trajes, carteras Lady Dior y ropa informal.
El evento representó la colección más grande de la moda de Diana jamás reunida para una sola subasta, recaudando un monto que alcanzó una cifra notable en el mercado de coleccionables de celebridades históricas.
Las prendas, cargadas de valor simbólico, movilizaron la nostalgia mundial por Diana, consolidando su estatus de icono de empoderamiento femenino y empatía por el resto.
La postura de la familia real
Aunque la familia real no se pronunció directamente sobre la venta, la subasta reavivó tensiones sobre el trato del legado de Diana. El hecho de vender tantas de sus pertenencias personales podría restarle seriedad a la imagen de la Corona, dado a que muchos sostienen que ciertas piezas tendrían que resguardarse como parte del patrimonio oficial.
No obstante, la venta no solo generó un elevado número de ingresos, sino también donaciones significativas para organizaciones vinculadas a Diana, como Muscular Dystrophy UK, manteniendo vivo su compromiso con causas sociales.
A pesar de ello, la polémica sigue viva: hay quienes sienten que convertir estos recuerdos en objetos de colección comercial puede ir en contra de los valores tradicionales de la monarquía.















