La creencia de que los gatos negros traen mala fortuna se estableció hace ya muchos años hasta convertirlo en un mito de la cultura popular mundial. Sin embargo, existe una interesante historia que sostiene exactamente lo contrario.
Entre los gatos y los seres humanos hay una relación muy estrecha pero eso no quita que haya muchas creencias supersticiosas, que tienen que ver con estigmas creados y no necesariamente con hechos objetivos.
Si bien ese estigma está establecido, otras culturas tienen una visión muy diferente respecto a lo que estos animales representan.
¿Cuál es la historia sobre los gatos negros y su relación con los humanos?
El mito que relaciona a los gatos negros con la mala suerte o con la brujería proviene de la Edad media, y con el correr del tiempo dicha creencia logró permanecer casi intacta hasta estos días.
Pero en el Antiguo Egipto, el pelaje negro era asociado con la buena fortuna; inclusive, las familias de aquella civilización que tenían un felino de este color en sus hogares eran menos propensos a enfermarse o a sufrir muertes de familiares.
Si se hiciera un balance de todas estas teorías, la conclusión más adecuada en términos reales es que no importa el pelaje que tengan estos animales, ya que las personas que conviven con gatos aseguran que son compañeros únicos y que incluso les ayudan a alejar las malas energías.
¿Con qué se asocia a los gatos negros?
Pese a las contradicciones de creencias que se desarrollaron hasta hoy, los gatos negros están asociados con diferentes características que nada tienen que ver ni con la mala suerte ni con la buena fortuna. Estas son:
- Paciencia
- Independencia
- Espíritu libre y aventurero
- Conexión profunda
- Buenas energías
- Curiosidad
En definitiva, y más allá del estigma con que cargan, los gatos negros son tan aconsejables para convertirse en tu mascota como cualquier otro gato.