

Un descubrimiento reciente en la Antártida Occidental ha captado la atención de los científicos. Un submarino no tripulado, llamado Ran, ha explorado el glaciar Dotson, revelando estructuras subacuáticas de hasta 400 metros de longitud que nunca se habían observado antes.
Este hallazgo, realizado en 2022 y publicado en Science Advances, proporciona una nueva visión sobre la dinámica de las plataformas de hielo y plantea preguntas sobre su formación. El dron submarino, de seis metros, fue desarrollado por la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites para investigar el glaciar, que se extiende más de 50 kilómetros de ancho, un tamaño comparable a siete veces la ciudad de Nueva York.
Durante 27 días, Ran recorrió más de 1.000 kilómetros bajo el hielo, cartografiando y fotografiando áreas que habían permanecido ocultas. Los resultados fueron sorprendentes: en lugar de la superficie lisa esperada, se encontró un paisaje complejo con picos, valles y dunas.
El increíble hallazgo bajo la Antártida que asombra a los científicos
Particularmente impresionantes fueron las marcas en forma de lágrima, que presentaron un patrón inédito en las plataformas de hielo antárticas. Anna Wåhlin, oceanógrafa de la Universidad de Gotemburgo y autora principal del estudio, comparó este descubrimiento con ver "la parte posterior de la Luna por primera vez". Los datos obtenidos han desafiado las creencias anteriores sobre el derretimiento de las plataformas de hielo, sugiriendo que los procesos subglaciales son más dinámicos de lo que se había considerado.
Los modelos climáticos actuales no logran explicar la complejidad de los patrones observados, lo que indica que el derretimiento del glaciar Dotson, impulsado por el calentamiento de las aguas oceánicas, podría tener graves consecuencias para el nivel del mar global. Las corrientes oceánicas están erosionando la base del glaciar de manera desigual, sugiriendo que el derretimiento es más rápido y desordenado de lo que se pensaba.

La Antártida, el continente más austral del planeta, es una vasta extensión cubierta casi en su totalidad por hielo, con un espesor que puede alcanzar los 4.8 kilómetros en algunas áreas. A pesar de sus condiciones extremas, que incluyen temperaturas que pueden caer por debajo de los -80°C, alberga una rica biodiversidad adaptada al frío, como pingüinos y focas. Además, es un lugar clave para la investigación científica, ofreciendo un entorno ideal para estudiar el cambio climático y otros fenómenos en condiciones extremas.
El Tratado Antártico, firmado en 1959, protege este continente, prohibiendo actividades militares y la explotación de recursos minerales, permitiendo su uso exclusivamente para fines pacíficos y científicos. Esta información fue compartida por Debate.
Además, estudios recientes han indicado que el deshielo en la Antártida podría contribuir a un aumento del nivel del mar de hasta tres metros para finales de este siglo si las tendencias actuales continúan, lo que tendría un impacto devastador en las comunidades costeras de todo el mundo.













