

A partir de hoy comienza la era post Hugo Chávez en Venezuela y el gobierno deberá poner en marcha su estrategia política para resguardar la herencia del mandatario, que será la clave en un futuro proceso electoral.
En primer lugar, en el plano constitucional. Chávez debía reasumir la presidencia el 10 de enero, tras su victoria en las elecciones de octubre, pero ahora con su muerte el oficialismo pone en marcha su plan B. En este contexto, todas las miradas están puestas en dos líderes que sobresalen entre las filas rojas. Por un lado, el vicepresidente Nicolás Maduro, quien fue ungido por el mismo Comandante como su sucesor. El gobierno confirmó que será él quien asuma la presidencia temporal del país: "Ahora se ha producido una falta absoluta, asume el vicepresidente de la República como presidente y se convoca a elecciones en los próximos 30 días. Es el mandato que nos dio el comandante presidente Hugo Chávez", afirmó Jaua ayer.
De esta forma, se asume que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha dado validez al hecho de que a pesar de no haberse juramentado, Chávez había asumido oficialmente el cargo para su cuarto periodo consecutivo de gobierno.
Si el TSJ hubiera considerado que el Comandante no pudo asumir el poder de forma oficial, quien debía gobernar Venezuela el próximo mes era el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, la otra figura fundamental desntro del gabinete chavista. Algunos analistas afirman que se producirá una lucha de poder con Maduro y que no vacilaría en utilizar la influencia que tiene en el poder militar para cumplir con sus objetivos.
Ahora bien, en el plano electoral, la estrategia del oficialismo será retomar el apoyo obtenido en las elecciones regionales de diciembre, en donde se consolidó en las gobernaciones chavistas, para quedarse en el poder. Para esto, el rol de la figura del Comandante jugará un papel fundamental, ya que utilizarán su imagen con el objetivo de presentarlo como una suerte de “guardián” del proceso bolivariano, quien antes de morir bendijo a Maduro para custodiar a los venezolanos.
Por su parte, Henrique Capriles, el candidato que perdió las presidenciales contra Chávez, podría tener una nueva oportunidad de llegar al Palacio de Miraflores. El gobernador del Estado de Miranda cuenta con más del 70% de la oposición para presentarse a elecciones, deberá intentar rearmar su jugada política en estos días y captar nuevamente la atención de los 6 millones de venezolanos que optaron por la propuesta opositora en las elecciones de octubre.
En el sector económico, los desafíos se acrecientan: pese a los cuantiosos ingresos provenientes de la producción de petróleo, los desequilibrios son grandes, tanto cambiarios, fiscales, inflacionarios y en la balanza de pagos. Por estas horas, analistas prevén que en los próximos meses se podrían dar más medidas como fue la devaluación del bolívar, sucedida el mes pasado.
Venezuela entonces deberá intentar encaminar su política económica, achicar aún más la brecha de pobreza, intensificar su lucha contra el narcotráfico y la inseguridad.
Todos temas que deberá priorizar el próximo líder venezolano. Mientras tanto, el pueblo chavista llora a su Comandante, ante el temor de dar los primeros pasos sin él.













