EE.UU. e Irán parecían haber llegado al borde de un conflicto bélico cuando ambas partes decidieron bajar el tono: Donald Trump anunció que sólo respondería con sanciones económicas, y el canciller iraní, Javad Zarif, dijo que la venganza por el asesinato de Qassem Soleimani había concluido. Pero las señales mixtas que emitieron ayer ambos países, especialmente las de los altos mandos iraníes, podrían indicar que la tensión sigue creciendo más allá de los discursos oficiales.
Desde la Casa Blanca, Trump afirmó que ya había aprobado con el Departamento del Tesoro las nuevas y "sustancialmente más severas" sanciones económicas a Irán, que ya estaba complicado en el frente interno por lo que en Teherán definen como "terrorismo económico".
Por su parte, el presidente iraní, Hassan Rouhani, enmarcó el ataque a las bases iraquíes como un acto legítimo de defensa propia bajo la Carta de Naciones Unidas y advirtió que "si EE.UU. comete otro error, recibirá una respuesta muy peligrosa".
El jefe de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria iraní, Amir Ali Hajizadeh, aclaró recientemente que el ataque a las bases de Al Assad y Erbil "no tenía intención de matar" sino de "golpear la maquinaria militar del enemigo", según el Washington Post. No obstante, Hajizadeh sigue sosteniendo que docenas de estadounidenses resultaron muertos y heridos en ese operativo y que, aunque sólo lanzaron 13 misiles, estaban preparados para "lanzar cientos".
En tanto, Abdollah Araghi, jefe de Seguridad del Estado Mayor de las FFAA, dijo que la Guardia Revolucionaría Islámica de Irán "le impondrá al enemigo una venganza más fuerte en el futuro próximo", según informaron Sputnik y la agencia Tasnim.
Tasnim también citó al general Ali Fadavi, comandante en funciones de la Guardia Revolucionaria iraní, al decir que el ataque con misiles balísticos "fue sólo una de las demostraciones de nuestras habilidades".
Por su parte, Esmail Ghaan, el nuevo jefe de las Fuerzas Quds dijo: "Continuaremos con este luminoso camino de poder", siguiendo la dirección Soleimani, arquitecto de la estrategia regional de Irán.
En este contexto, el Papa Francisco –en su primer comentario sobre la situación en Medio Oriente– dijo: "Renuevo mi llamado a todas las partes interesadas para que eviten una escalada del conflicto y mantengan viva la llama del diálogo y la automoderación, en total respeto de la ley internacional".
Pero el conflicto no se limita exclusivamente a Irán. En el mismo operativo en el que murió Soleimani también fue asesinado Abu Mahdi al-Muhandis, jefe de las Fuerzas de Movilización Popular (una milicia iraquí con respaldo de Teherán), que también prometió vengarse por la muerte de su líder, reavivando la amenaza de que Irán continúe su venganza a través de terceras agrupaciones.
En tanto, la coalición internacional contra Isis anunció hoy una "pausa" de sus operaciones militares en Irak, ante el incremento de las tensiones por la muerte de Soleimani. Aclaró que la medida tiene como objetivo "centrarse en proteger las bases iraquíes que acogen al personal de la coalición".
En otro plano, la muerte de Soleimani también le permitió justificar la interrupción de sus compromisos bajo el Plan de Acción Integral Conjunto, el acuerdo nuclear firmado en 2015. No obstante, Rouhani aclaró ayer que seguirán cooperando con los inspectores de las Naciones Unidas.