

El papa Francisco era hoy recibido por el presidente de Estados Unidos, en un encuentro en el que se anticipaban como ejes la pobreza, la inmigración, el cambio climático y el proceso de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba.
Antes de la reunión privada en el salón Oval, ambos hablaron públicamente en los jardines de la Casa Blanca, ante unas 15.000 personas.
En su breve discurso, que dio en inglés, el papa Francisco llamó a cambiar un “sistema” que excluye a millones de personas e instó a resolver el problema del cambio climático y no dejar su solución a las próximas generaciones.
Vivimos “un momento crítico de la historia” en nuestra “casa común”, advirtió Francisco sobre el clima, al tiempo que se manifestó convencido de que “todavía hay tiempo” para alcanzar un “desarrollo sostenible e integral”. Y exhortó: “Sabemos que las cosas pueden cambiar”.
Obama, por su parte, agradeció al Papa su “inestimable apoyo” al “nuevo comienzo” entre su país y Cuba, que, según dijo, ofrece la “promesa” de una mejor relación bilateral, mayor cooperación en todo el continente y “una vida mejor para el pueblo cubano”.
En lo que pareció un mensaje orientado tanto a la política interna estadounidense como a a la crisis de los refugiados en Europa, el mandatario resaltó cómo Francisco destaca “que el mensaje más poderoso del Señor es la misericordia” y que “eso significa dar la bienvenida al extranjero con empatía y el corazón verdaderamente abierto”.
Procedente de Cuba, donde visitó La Habana, Holguín y Santiago de Cuba, el jefe del Vaticano llegó ayer a la base aérea de Andrews, a las afueras de Washington, para una visita oficial de seis días a Estados Unidos. Tras su reunión con Obama, Jorge Bergoglio recorrerá este mediodía una parte del centro de la ciudad en el papamóvil, visitará la catedral de Saint Matthew y cerrará la jornada con una misa en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, la más grande del país, donde canonizará al beato español Juníspero Serra ante cerca de 25.000 personas.
Tanto el Gobierno de Estados Unidos como el de Cuba han reconocido el papel crucial que desempeñó el papa en las conversaciones secretas que derivaron en el histórico acuerdo anunciado en diciembre para la normalización de las relaciones bilaterales y el restablecimiento de los lazos diplomáticos.
El mensaje del Pontífice de solidaridad con el inmigrante y a favor de una mejor redistribución de la riqueza, es un espaldarazo para Obama, quien ha visto cómo el Congreso de EE.UU., dominado por los republicanos, se resistía a cualquier medida en esa dirección.
Fuente: AGENCIAS Washington













