El neurofisiólogo Ariel Henry, a quien Jovenel Moïse encomendó formar el nuevo Gobierno de Haití dos días antes de ser asesinado, reclamó hoy su lugar en el poder y cuestionó los poderes especiales que asumió el primer ministro interino, Claude Joseph, tras el magnicidio que se produjo ayer.
"Soy un primer ministro designado, Claude era un primer ministro interino que asumió el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Creo que tenemos que hablar entre nosotros. Se suponía que Claude iba a quedarse en el Gobierno que yo iba a formar", se quejó Henry en una entrevista con el diario Le Nouvelliste.
"En mi opinión, ya no es primer ministro. ¿Hay varios primeros ministros nombrados en el país?", agregó.
Hace solo tres días, Moïse había publicado en su Twitter una imagen del Boletín Oficial en el que nombraba como primer ministro a Henry: "Tendrá que formar un Gobierno de apertura que incluya las fuerzas vivas de la Nación, resolver el flagrante problema de la inseguridad y acompañar al CEP (autoridad electoral) en la conducción de las elecciones generales y el referéndum."
Henry contó que estaba "eligiendo" a los miembros de mi gabinete" y destacó que estaba "muy avanzado" en la formación del Gobierno.
Sin querer "echar leña al fuego",aclaró que no está de acuerdo con el estado de sitio declarado tras el magnicidio: "No creo que estemos en una situación que requiera un estado de sitio. Creo que es un poco apresurado."
Investigan el magnicidio
Moïse fue ultimado en su residencia de Puerto Príncipe el miércoles por un comando integrado aparentemente por extranjeros y menos de 24 horas después, el Gobierno anunció que había detenido a dos sospechosos y abatido a otros cuatro. La primera dama Martine Moïse resultó gravemente herida y fue trasladada a Miami ayer por la tarde.
Tras el magnicidio, Joseph -quien asumió como premier en abril pasado luego de la renuncia de Joseph Juthe en plena crisis institucional y de seguridad- dispuso el estado de sitio y cerró el aeropuerto internacional.
La ONG Human Rights Watch (HRW) instó a las autoridades de Haití a pedir ayuda internacional para esclarecer el asesinato así como otros recientes actos de violencia que han sacudido la capital haitiana, Puerto Príncipe, entre ellos el asesinato de un periodista y una activista la semana pasada.
La directora para las Américas de HRW, Tamara Taraciuk Broner, condenó el crimen que "perjudica la estabilidad del país" caribeño, pero ahora confía en que se adopten medidas para frenar una escalada de violencia que no cesa desde hace meses y, en última instancia, "resolver la crisis institucional".
La situación ya era grave antes del magnicidio, con seis de cada 10 personas en situación de pobreza."La población de Haití se enfrentará a una incertidumbre aún mayor tras el asesinato del presidente", reconocieron fuentes de la ONG Médicos Sin Fronteras desde Haití.