El primer ministro británico, David Cameron, afirmó ayer que la cumbre del Grupo de los Siete (G-7, países más industrializados) del próximo lunes en La Haya sobre la crisis de Ucrania debería debatir la posible expulsión de Rusia del G-8 como respuesta a la anexión de la región ucraniana de Crimea a la Federación Rusa firmada el martes por el presidente de ese país, Vladimir Putin.
Creo que deberíamos debatir si expulsamos o no a Rusia de forma permanente del G-8, en caso de que se tomen más medidas. Es la forma correcta de proseguir, apuntó Cameron en la sesión semanal de preguntas y respuestas ante la Cámara de los Comunes. Es importante que actuemos junto a nuestros aliados y socios, agregó.
El G-8 está compuesto por el G-7 + Rusia. La reunión sobre Ucrania del G-7 en La Haya (al margen de la Cumbre de Seguridad Nuclear) fue convocada el martes de urgencia por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, luego de que Rusia concretara la anexión de Crimea. Además, hoy y mañana se realizará en Bruselas una cumbre europea para tratar el caso de Ucrania y los pasos a seguir.
Debemos enviar un claro aviso de que, si hay más desestabilizaciones, como entrar en el este de Ucrania de cualquier forma, debemos avanzar en sanciones económicas. Si dejamos de lado esta crisis y no actuamos, pagaremos un alto precio a largo plazo, indicó Cameron.
No obstante, los mandatarios de la Unión Europea (UE) tienen posiciones divididas sobre cómo responder a Rusia: mientras los más duros piden sanciones económicas y financieras, los otros (entre ellos Alemania) esperan un diálogo con Moscú sin decidirse aún a asumir el costo que supone medidas más fuertes. EE.UU. también está en este último grupo.
No vamos realizar una incursión militar en Ucrania, aseguró Obama ayer en una entrevista con la cadena NBC News. Lo que haremos es movilizar todos nuestros recursos diplomáticos para asegurarnos de tener una coordinación internacional fuerte que envíe un mensaje claro, agregó.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo ayer en Washington que EE.UU. y Europa deben dar una respuesta diplomática y política a los movimientos rusos para anexionarse Crimea y alterar las fronteras europeas frente a países de la Alianza. Rasmussen sostuvo en una conferencia que los movimientos militares de Rusia sobre la península ucraniana de Crimea son la amenaza más grave a la seguridad y estabilidad europea desde la Guerra Fría, pero aún así no habló de sanciones económicas ni de acciones militares.
Pese a las amenazas occidentales, ayer fuerzas prorrusas tomaron dos bases de la Marina ucraniana en Crimea, consolidando el control de Rusia sobre la península, y las fuerzas crimeas detuvieron al comandante en jefe de la Armada ucraniana. Además, Putin ordenó la construcción de dos puentes sobre el estrecho de Kerch, que separa Rusia de Crimea.
Ante esta tensa situación, Ucrania comenzó a alistar un plan para evacuar a todos sus soldados con familias de Crimea, al tiempo que pidió a la ONU que declare esa región como zona desmilitarizada.