Brasil acumuló en los primeros diez meses del año un déficit de cuenta corriente de u$s 11.333 millones, lo que significa que fue un 699% superior al registrado en el mismo período del año anterior, según informó el Banco Central de ese país.

En los diez primeros meses de 2017 había sido de u$s 1.419 millones, el menor para el período en la última década.

Este resultado negativo acumulado se explica fundamentalmente por la cuenta de servicios, que arrojó un saldo negativo de u$s 27.963 millones entre enero y octubre. En tanto, en la denominada renta primaria. Es decir la diferencia en las remesas de lucros y dividendos, sumó otros u$s 29.309 millones negativos.

Este abultado déficit no fue mayor gracias a que la balanza comercial registró en los diez primeros meses del año un superávit comercial de u$s 43.799 millones, aunque fue menor al de 2017 cuando llegó a u$s 56.140 millones a favor de las exportaciones sobre las importaciones.

Pese al resultado en el acumulado del año, el mes de octubre logró un superávit en cuenta corriente de u$s 329 millones, pese a que el mercado esperaba alrededor de u$s 100 millones solamente. Esto contrastó con un déficit de u$s 686 millones en el mismo mes del año anterior, en lo que fue el mejor resultado para este mes desde octubre de 2006.

El saldo negativo, si se computan los 12 meses, es equivalente al 0,8% del Producto Bruto Interno (PBI).

Brasil consiguió financiar su déficit en las cuentas externas hasta octubre gracias a la inversión extranjera directa que recibió en los diez primeros meses del año, que sumaron u$s 67.508 millones y significaron un aumento frente a los u$s 61.014 millones del mismo período de 2017.

Tan sólo en octubre la inversión extranjera directa fue de u$s 10.382 millones. Un resultado qu estuvo por encima de los u$s 8.827 millones del mismo mes del año 2017.