El ojo turco, también conocido como nazar, es uno de los amuletos más populares en el mundo. Su forma redonda y su color azul lo hacen reconocible en collares, pulseras, llaveros y objetos decorativos.

Aunque muchos lo usan como accesorio, su origen está ligado a una creencia muy antigua: protegerse de las malas energías que transmiten las miradas cargadas de envidia o resentimiento.

Este símbolo nació en Turquía, donde se fabrica de forma artesanal desde hace siglos. Con el tiempo, se expandió a Grecia y luego al resto del mundo.

Hoy se lo encuentra en tiendas de moda, bazares, ferias y comercios de decoración. Su uso se volvió tan común que muchas personas lo llevan tatuado o lo colocan en la entrada de sus casas.

¿Qué representa el ojo turco?

La idea detrás del ojo turco es simple: se cree que los ojos pueden transmitir emociones negativas. Para bloquear esa energía, se usa este amuleto que actúa como barrera protectora. Su diseño incluye círculos concéntricos que van del azul oscuro al blanco, simulando la forma de un ojo.

Ojo turco. Fuente: Shutterstock.Fuente: ShutterstockShutterstock

Aunque su función principal es proteger del mal de ojo, también se le atribuyen propiedades mágicas que ayudan a mantener lejos la envidia, los pensamientos negativos y las malas vibras.

¿Cómo se usa el ojo turco?

El amuleto se puede llevar de distintas formas:

  • Como accesorio personal: en collares, pulseras, tobilleras o anillos.
  • En el hogar: colgado en la puerta, en el living o cerca de la entrada.
  • En el trabajo: sobre el escritorio o en espacios comunes.
  • En el auto: como colgante retrovisor o en la guantera.

No existe una regla fija sobre cómo usarlo, pero se recomienda colocarlo en lugares visibles para que cumpla su función de protección.

¿Qué significa cada color del ojo turco?

Aunque el azul es el más tradicional, hay variantes que se usan según la intención:

  • Azul oscuro: atrae buen karma y bloquea el mal de ojo.
  • Azul claro: simboliza pureza y verdad, ideal para protección directa.
  • Rojo: se asocia con el amor, la pasión y la energía vital.
  • Amarillo: representa fuerza y salud, útil para cuidar el bienestar físico.
  • Verde: ayuda al crecimiento personal y a mantener la esperanza.
  • Blanco: purifica el entorno y transforma lo negativo en positivo.

Cada color tiene un propósito distinto, por eso muchas personas eligen el que mejor se adapta a sus necesidades o lo combinan con otros amuletos.