La historia comienza a mitad de enero de este año, cuando empleados de la estación polaca en la Antártida registraron una zona de rocas que había quedado a la vista por el deshielo del glaciar Ecology en la isla King George.
En ese espacio, encontraron más de 200 objetos personales, entre los que había una linterna, bastones de esquí, un reloj de pulsera, un cuchillo y la boquilla de una pipa.
¿Cómo fue la investigación para encontrar el cuerpo?
Un mes más tarde, un equipo especializado de un arqueólogo, geomorfólogo, antropólogo y un glaciólogo realizó más investigaciones donde encontraron restos óseos, que resultarían claves para el desenlace.
Los restos fueron trasladados a las Islas Malvinas y se enviaron pruebas al King's College de Londres para estudiarlos. Debido a los plazos, por fechas e historial analizado, los exploradores lograron confeccionar una hipótesis sobre a quién podría corresponder y así, las pruebas de ADN lo comprobaron.
¿De quién es el extraño cadáver que apareció en la Antártida?
El cuerpo encontrado era de Dennis Bell, un investigador inglés que se unió a la Fuerza Aérea poco tiempo después de terminar el colegio. Las muestras coincidieron con el material genético de su hermano David Bell y su hermana Valerie Kelly.
La familia contó que estaban impactados y que este avance los "ayudó a superar la trágica pérdida de su brillante hermano".
El explorador fallecido había llegado en 1958 a la Isla King George como meteorólogo de una base británica. Un año después, salió de la base para ascender un glaciar, donde llevarían a cabo investigaciones topográficas sobre una meseta. Sin embargo, el hombre británico de 25 años nunca más volvió.
Bell salió junto a otros tres investigadores en trineos. Mientras realizaban el ascenso, atravesaron nieve profunda y un área de grietas. Según relataron sus compañeros tiempo después, el especialista en clima iba más adelante y avanzaba sin esquís hasta que en un momento cayó en una grieta.
Sus compañeros encontraron el hueco e intentaron rescatarlo, pero después de varias pruebas de atarlo con un cinturón, el clima empeoró y se desató una especie de tormenta de nieve que lo volvió imposible.
El fin de una trágica historia
Si bien se sabía de la muerte de Dennis Bell, nadie imaginaba que algún día pudieran aparecer sus restos. Tras 66 años, finalmente su familia pudo cerrar esta historia, según informó British Antarctic Survey (BAS), el organismo estatal que coordina la exploración en la zona.
"Dennis fue uno de los muchos valientes que contribuyeron a la ciencia temprana y la exploración de la Antártida en condiciones extremadamente duras. Pese a que falleció en 1959, su recuerdo perduró entre sus colegas y en el legado de la investigación polar", concluyó el director del BAS, Dame Jane Francis.
Desde que se estableció la primera base británica en la Antártida, en 1944, 29 personas fallecieron realizando tareas científicas, según contó el sitio British Antarctic Monument Trust.
Además de Bell, un año antes perdieron la vida Stanley Black, David Statham y Geoffrey Stride tras la fractura del hielo marino, pero sus cuerpos nunca se pudieron hallar.