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El Covid-19 puso de manifiesto que la humanidad tiene un largo camino por recorrer en el rubro de la salud. Existen síntomas cuyo origen se desconoce por completo, a pesar de ser objeto de estudio desde hace años. Tal es el caso del síndrome de Cotard, también conocido como el síndrome "The walking dead" por los efectos inusuales que causa en sus víctimas.
A diferencia de la exitosa serie de AMC, quienes padecen esta afección no están muertos. Sin embargo, muchos de ellos creen estarlo e incluso aseguran haber perdido órganos, sangre y su propia alma. Estos son los delirios característicos de esta extraña condición.
¿Qué es el síndrome de Cotard?
El síndrome de Cotard es una afección neuropsiquiátrica poco frecuente que fue descrita por primera vez por el Dr. Jules Cotard, un neurólogo parisino, en 1882. Abarca una serie de delirios donde el paciente niega la existencia de partes de su cuerpo, la propia existencia y/o del mundo entero.
Así lo detallaron especialistas norteamericanos en un informe publicado en la revista médica Psychiatry MMC. También señalaron que los casos suelen encontrarse en pacientes con "trastornos del estado de ánimo, trastornos psicóticos y condiciones médicas".
¿Por qué se da el síndrome de Cotard?

Este síndrome, también catalogado como "delirio de negación", no cuenta con datos fidedignos sobre su incidencia y prevalencia. Sus causas son desconocidas, aunque los especialistas consideran que podrían estar relacionadas con la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia.
Síntomas del síndrome de Cotard
Entre los síntomas principales de esta afección, se incluyen:
Depresión, ansiedad e ideas suicidas.
Convicción de la inexistencia del propio cuerpo.
Creencia de estar quedándose, o no tener sangre.
Certidumbre de estar muertos.
Sensaciones físicas, sensoriales y visuales de estarse pudriendo y tener gusanos bajo la piel.
Convencimiento de ser inmortales.
Creencia de no tener órganos.
Analgesia o ausencia de dolor.
¿Cómo se cura el síndrome de Cotard?
La aparición de este trastorno puede ser repentina. Del mismo modo, su recuperación puede surgir de manera súbita y espontánea, aún en los casos más severos. El tratamiento varía para cada caso y depende en gran medida de algún padecimiento o patología preexistente o asociada.
En este sentido, es común que se puedan prescribir antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos e incluso terapia electroconvulsiva (TEC), la que actualmente se aplica bajo anestesia general.
El informe de la revista médica Psychiatry MMC afirma: "La mayoría de los casos de Cotard responden más al tratamiento electroconvulsivo (TEC) que al tratamiento farmacológico".













