Antes de conocer su suerte, el cura Julio César Grassi insistió hoy en clamar su inocencia, denunció una “campaña mediática” para meterlo preso y le dijo al tribunal que, aún considerándolo culpable, lo dejaran ser ‘útil‘ a la sociedad trabajando desde la Fundación Felices Los Niños. “No hay ningún riesgo. Lo único que hago es trabajar”.
“¿Qué quieren de un imputado o un penado con sentencia firme?¿Qué piden los pactos internacionales? Que la persona pueda ser útil a la sociedad. Si alguien considera que soy culpable, ¿por qué no me dejan trabajar por el bien de la sociedad? ¿Qué quieren? ¿Que vaya a picar piedras?”, se preguntó.
Aunque su condena no era lo que estaba en discusión, Grassi recomendó tener cuidado cuando viajen al barrio de Almagro ya que -según la causa- el abuso sexual contra ’Gabriel’ se habría producido ‘en 45 minutos que llevó el viaje‘ entre el colegio María Auxiliadora y la ciudad de Hurlingham.
“‘Esa es la sentencia, que no pude dar vuelta en tres instancias; esa es la vergüenza que inventaron, esa es la cruz que tengo que llevar”, afirmó. Grassi tuvo la oportunidad de hablar ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón, luego de una seguidilla de argumentos vertidos por el fiscal Alejandro Varela y los abogados querellantes reclamando que el cura fuera preso.