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Reportes basados en el World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectan a Brasil entre las 10 mayores economías del mundo hacia 2028, escalando al octavo lugar dentro del ranking global entre las potencias mundiales. Esta expectativa sintetiza su peso demográfico, su mercado interno y una matriz productiva en proceso de diversificación.

La lectura de estas proyecciones subraya que el avance no depende de un único sector, sino de un conjunto de motores: industria, agro, servicios y energía. En ese contexto, Brasil consolida su rol como principal economía de América Latina y referente entre los emergentes, con proyección para competir de igual a igual con potencias medias europeas.

El posicionamiento hacia 2028, según estas estimaciones, refleja también el impacto de reformas estructurales en productividad y formalización tributaria, y del impulso energético que gana relevancia en su balanza externa. Son factores que, combinados, podrían sostener el lugar de Brasil en el top 10.

Aun así, los analistas advierten que el ranking final dependerá de variables globales (crecimiento de EE. UU., China e India) y de shocks de precios de commodities. La resiliencia macro de Brasil y su capacidad de ejecutar reformas serán decisivas para convertir la proyección en realidad.

Proyección oficial del FMI para Brasil

El FMI estima que el PBI real de Brasil se moderará desde 3,4% en 2024 hasta 2,3% en 2025, por condiciones monetarias más estrictas, menor apoyo fiscal y mayor incertidumbre global. En su panel “At a Glance”, el FMI muestra 2,4% como proyección 2025, cifras consistentes con el rango de crecimiento esperado.

El Fondo prevé que la inflación alcance 5,2% a fin de 2025, para luego converger gradualmente al 3% en 2027. Este sendero está asociado al giro de la política monetaria de septiembre de 2024 y al mantenimiento de tasas elevadas para anclar expectativas.

Estados de situación del Brasil según el FMI

A medio plazo, el FMI proyecta un crecimiento de 2,5%, sustentado por la normalización monetaria y factores estructurales: la implementación de la reforma del IVA que mejora la eficiencia, y la aceleración de la producción de hidrocarburos. Estos vectores son los que el organismo identifica como palancas para recuperar el impulso.

El informe oficial también registra un déficit de cuenta corriente de 2,8% del PBI en 2024, coherente con exportaciones robustas y mayores importaciones por actividad interna más fuerte, y pide esfuerzo fiscal sostenido para estabilizar deuda y abrir espacio a inversión pública.

Claves y riesgos para sostener el crecimiento

El Fondo considera “apropiado” el endurecimiento monetario del Banco Central de Brasil, en línea con llevar la inflación a la meta del 3%. El balance de riesgos para el crecimiento está inclinado a la baja, por la incertidumbre global y la necesidad de consolidación fiscal.

En lo fiscal, el FMI recomienda eliminar gastos tributarios ineficientes, mejorar la administración de ingresos y reducir rigideces presupuestarias, como condición para bajar el costo de financiamiento y habilitar tasas más bajas en el tiempo.

El crecimiento económico y el papel estratégico de Brasil generan expectativas y análisis en las grandes potencias (Fuente: archivo).

La agenda de crecimiento inclusivo y sostenible avanza con la reforma del IVA y el debate de impuesto a la renta personal, además del Plan de Transformación Ecológica y la creación de un mercado regulado de carbono, elementos que podrían mejorar productividad y atraer inversión.

En síntesis, se trata de un año de moderación con un deslizamiento hacia la recuperación gradual. Si Brasil sostiene reformas, disciplina fiscal y su impulso energético, estará mejor posicionado para capturar el escenario 2028 que ubica a Brasil entre las diez economías líderes.

¿Cuáles son los países con con mayor crecimiento según el FMI?

  1. China
  2. Estados Unidos
  3. India
  4. Japón
  5. Alemania
  6. Indonesia
  7. Rusia
  8. Brasil
  9. Francia
  10. Reino Unido