- ¿Cómo descubrió el error que le permitió retirar dinero infinito?
- ¿Cuál era el método exacto que utilizaba para multiplicar el saldo?
- ¿Cómo vivió durante los meses en los que tuvo dinero ilimitado?
- ¿Qué consecuencias tuvo para Saunders?
- ¿Por qué decidió entregarse y qué pasó cuando lo hizo?
- ¿Qué pena recibió y cómo continuó su vida después?
Durante meses, un camarero australiano llevó una vida de lujo excesivo. No ganó la lotería ni heredó una fortuna, sino que descubrió por accidente un fallo informático que le permitió retirar dinero ilimitado de un cajero sin que su saldo se modificara.
Sin conocimientos informáticos y sin intención inicial de cometer un delito, descubrió accidentalmente un fallo en los cajeros automáticos que le permitió “crear” dinero de la nada. El episodio lo llevó a viajes en jets privados, fiestas descontroladas, deudas inmensas, paranoia constante y, finalmente, una confesión pública que lo sentó frente a la Justicia.
¿Cómo descubrió el error que le permitió retirar dinero infinito?
El fallo surgió en 2011, una noche en la que Saunders intentó retirar dinero del National Australian Bank. Entre las 12 y las 3 de la mañana, los cajeros se desconectaban temporalmente de la red central. Ese desfase hacía que las transferencias aparecieran como “transacción cancelada” pero el dinero se acreditara igual sin que el saldo bajara.
Su primer intento fue accidental. El segundo, por curiosidad. Los siguientes, según él, se sintieron como “un cavernícola descubriendo el fuego”. En cuestión de horas comprendió que, durante esa ventana nocturna, podía generar dinero ilimitado, una vulnerabilidad que nadie había detectado.
¿Cuál era el método exacto que utilizaba para multiplicar el saldo?
Saunders movía dinero entre su tarjeta de crédito y su cuenta de ahorros. Inicialmente, su tarjeta tenía u$s 1.000 de límite y su cuenta de ahorros apenas u$s 3.El sistema rechazaba las transferencias, pero el cajero las acreditaba igual. Luego retiraba esa plata, en efectivo.
Al día siguiente, el banco revertía todas las operaciones y dejaba las cuentas en negativo. Para compensar esa deuda virtual, Saunders implementó una técnica “autodestructiva” cada noche duplicaba lo retirado para cubrir el saldo rojo anterior y quedarse con el excedente.
Esa bola de nieve lo llevó a retirar en solo cuatro meses y medio unos u$s 1,6 millones.
¿Cómo vivió durante los meses en los que tuvo dinero ilimitado?
En palabras de Saunders, fue como “una prueba gratis de siete días para ser obscenamente millonario”. Durante ese período, dejó su trabajo y adoptó un estilo de vida imposible de sostener: viajaba en jets privados a islas paradisíacas y hacía fiestas privadas, trajes caros, hoteles de lujo y experiencias exclusivas. También pago de deudas y universidades de amigos. Su familia nunca supo la verdad ya que él aseguraba trabajar en bienes raíces o inversiones.
¿Qué consecuencias tuvo para Saunders?
El exceso vino acompañado de una carga emocional creciente, ya que Saunders sufría pesadillas con equipos SWAT irrumpiendo en su habitación, taquicardias, ataques de pánico y temor de ser arrestado en cualquier momento.
Por su parte, el banco nunca lo notificó ni bloqueó sus cuentas a tiempo y cuanto más dinero retiraba, más incontrolable se volvía la situación.
¿Por qué decidió entregarse y qué pasó cuando lo hizo?
Cuatro meses y medio después de empezar el fraude, no pudo sostener más la presión. Saunders llamó al banco para explicarlo todo y nadie lo detuvo. Pasaron dos años y durante ese tiempo, nadie impulsó la causa ni lo contactó.
Finalmente, para terminar con la culpa y la ansiedad, decidió entregarse de manera mediática. En 2013 entró a un medio nacional y contó la historia completa. En ese punto, el caso tomó repercusión pública, el banco reconoció el fallo y la policía lo detuvo.
Según su abogado, el banco habría evitado denunciarlo inicialmente para no exponer la gravedad de su vulnerabilidad.
¿Qué pena recibió y cómo continuó su vida después?
A pesar de haber retirado más de un millón y medio de dólares fue condenado a un año de prisión y a 18 meses de trabajo comunitario. Tras cumplir su condena, volvió a su vida anterior como camarero, lejos de los lujos y del ritmo frenético que lo había consumido meses atrás.
La historia sigue siendo un caso emblemático en Australia porque combina una falla bancaria, un ciudadano común convertido en multimillonario por accidente y una confesión pública que terminó siendo decisiva para que la Justicia actuara.