Un nuevo descubrimiento sorprende a la comunidad científica y abre la puerta a oportunidades inéditas. Un equipo de investigadores del CONICET reveló un fenómeno hasta ahora desconocido que podría revolucionar la ingeniería química y la biotecnología.
El hallazgo, publicado en la revista Nano Letters, muestra que, bajo condiciones específicas, el agua puede comportarse de una forma completamente inesperada.
Este avance no solo redefine el conocimiento científico sobre una de las sustancias más estudiadas de la naturaleza, sino que también promete impulsar desarrollos industriales y tecnológicos de gran impacto.
¿Qué descubrieron los científicos sobre el agua?
Un equipo de investigadores del CONICET observó un fenómeno nunca antes documentado: cuando el agua entra en contacto con una superficie porosa a escala nanométrica, las gotas se deforman y se mantienen separadas, generando particiones acuosas autogeneradas y autosostenibles sin necesidad de agentes químicos.
"Esta fenomenología inédita rompe con las limitaciones para lograr la 'partición' del agua. Tradicionalmente, este fenómeno se logra mediante el uso de especies químicas, nosotros lo logramos a través de un evento físico espontáneo inducido por los nanomateriales", afirma Martín Bellino, uno de los líderes del hallazgo e investigador del CONICET en el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología.
¿Por qué es tan importante este fenómeno?
La capacidad de mantener dos volúmenes de agua separados, pero interactuantes a nivel químico, puede revolucionar numerosos procesos industriales y científicos.
Hasta ahora, separar líquidos de igual polaridad, como dos tipos de agua con diferentes componentes, era casi imposible sin recurrir a mezclas con solventes orgánicos. Gracias a este descubrimiento, será posible realizar reacciones químicas más controladas, optimizar transferencias de calor y diseñar dispositivos más eficientes.
Galo Soler-Illia, codirector del trabajo y director del Instituto de Nanosistemas de la Universidad Nacional de San Martín, destaca que el hecho de tener dos reservorios acuosos con diferente composición y que puedan mantener su individualidad física pese a estar en contacto brinda muchas posibilidades en el control de reacciones químicas llamadas de "transferencia de fase", en las que dos reactivos entran por separado a la reacción.
Además, Bellino explica que "estos novedosos resultados abren posibilidades de investigación con potencial aplicación en biotecnología y en la transferencia a tecnologías industriales como, por ejemplo, el manejo térmico o la ingeniería de procesos químicos".
"Las potenciales aplicaciones abarcan desde la creación de conductores de señales direccionadas y actuadores modulares para la construcción y operación de microdispositivos líquidos hasta el desarrollo de células artificiales con finalidades tecnológicas o de investigación", puntualiza Bellino.
Potenciales aplicaciones: ¿para qué sirve este nuevo descubrimiento?
El hallazgo permite moldear el agua, controlar la dosificación de reactivos y diseñar redes de gotas intercomunicadas. Estas propiedades son fundamentales para el desarrollo de "laboratorios en chip", dispositivos capaces de realizar análisis clínicos de manera portátil.
Además, este descubrimiento plantea grandes avances en la biología sintética, donde la compartimentación acuosa es clave para imitar funciones celulares.
Agustín Pizarro, primer autor del trabajo, destaca que el material nanoporoso actúa como una especie de "nano-dispenser", permitiendo la transferencia controlada de sustancias entre las gotas.
Esto podría ser fundamental para desarrollar sensores de diagnóstico de enfermedades, nuevos tipos de baterías líquidas y tecnologías basadas en la iontrónica, un campo emergente que aprovecha el transporte de iones para procesar información.